En la mañana del miércoles 19 de octubre la Fundación Casa de Refugio Matilde (FCRM) suscribió un convenio de prácticas pre profesionales con la Facultad de Psicología de la Universidad Central del Ecuador (UCE).
El convenio lo firmaron Guido Albán, decano de la Facultad de Psicología y la presidenta de la Fundación Casa Matilde, Rosario Gómez Santos. Durante la firma del mismo asistieron Cristina Caicedo, Ana Gabriela Ramos de la Fundación y el Dr. Duncan Estévez, director de la carrera de Psicología de la UCE.
«Este convenio nos permite como Factultad estrechar lazos de colaboración entre la Fundación y la academia. Este tipo de convenios nos fortalecen mutuamente porque se convierten en un proceso de doble vía: nosotros enviamos sus estudiantes para que puedan ampliar sus conocimientos en la Fundación y a su vez ustedes nos abren las puertas para que los estudiantes puedan realizar sus prácticas», expresó Guido Albán.
Además indicó que la firma de este convenio es «un reconocimiento al trabajo que realiza la Fundación Casa de Refugio Matilde en el tema de violencia de género».
Por su parte, Rosario Gómez indicó: para nosotros como Fundación Casa Matilde es muy importante este convenio, lo valoramos mucho y agradecemos a la Facultuad y a las compañeras de la Fundación que han estado al tanto del mismo. Creemos que hacer una alizanza con la UCE, que es una universidad de gran incidencia en el país, es fundamental. Queremos que a través de este convenio, se vaya incluyendo cada vez más el enfoque de género y de interseccionalidad, porque nosotras en definitiva estamos luchando por transformaciones en la sociedad para parar la violencia de género».
Duncan Estévez indicó que la carrera de Psicología está «enfocada en la militancia por la lucha por la dignidad humana, tratando de enfrentar desde la academia la violencia de género y buscamos que los estudiantes desde sus intervenciones clínicas las realicen desde un enfoque de derechos, de interseccionalidad, para dar mejores respuestas a la problemática de la violencia». Además expresó que con el convenio se busca concretar «este anhelo de ir afianzando nexos para que nuestros estudiantes lleven a la praxis toda la teoría que están aprendiendo».
La Fundación Casa de Refugio Matilde (FCRM), con el apoyo del Programa Mundial de Alimentos, inició en enero de 2022 el proyecto para apoyar a mujeres sordas en situación de violencia basada en género con atención en servicio de albergue y consulta externa.
El proyecto incluye atención integral (psicológica, legal, social) tanto por vía telemática y servicio de albergue a las mujeres sordas con sus hijos/as, que son afectadas por violencia basada en género en riesgo de femicidio sean ecuatorianas o que se encuentren en movilidad humana.
La atención integral se realiza en el marco de la aplicación de la propuesta teórico- metodológica de la Casa de Refugio Matilde, que se respalda en los enfoques de Derechos Humanos, de Género e Interseccional, entre otros.
En el 2020 la Fundación Casa de Refugio Matilde como producto del proceso de cinco talleres de sensibilización y capacitación sobre violencia basada en género, entró en contacto con la comunidad de mujeres sordas por medio de la Coordinadora Nacional de Mujeres Sordas del Ecuador, organización que es parte de la Federación Nacional de Personas Sordas del Ecuador (FENASEC).
El resultado de este trabajo permitió conocer la problemática de género que vive este grupo poblacional y surgió desde sus mismas dirigentas la necesidad de que en Casa Matilde se cuente con personal intérprete en lengua de señas. Adicionalmente, en el servicio de consulta externa que mantenía la FCRM, se atendió a mujeres sordas que se animaron a romper el silencio en el que viven.
Ésta experiencia inicial reflejó la necesidad de atención y protección de las mujeres sordas afectadas por la violencia y en peligro de femicidio. Además, evidenció las situaciones de desigualdad en la que esta población vive, la doble e incluso triple vulneración y discriminación lo que motivó a la FCRM a incluir también en su lucha en contra la violencia de género, a esta población de mujeres sordas.
Las embajadoras de varios países en Ecuador y de otras organizaciones, visitaron a inicios del mes de mayo las instalaciones de la Fundación Casa de Refugio Matilde.
Durante la visita, conocieron el trabajo que realizamos y ofrecieron apoyo para la atención de las usuarias en movilidad humana.
La embajadora de República Dominicana, Milady Cuello de Cabral expresó «la voluntad de la Embajada Dominicana en Ecuador de cooperar con las actividades de Casa Matilde para que puedan continuar desarrollando esta ardua labor».
A la visita asistieron:
Embajadora de Bolivia, Sra. Segundina Flores Embajadora de Costa Rica, Sra. Nury Solís Embajadora de Guatemala, Sra. Olga María Aguja Embajadora de Haití, Sra. Muguette Joazile Embajadora de México, Sra. Raquel Serur Emabajadora de Panamá, Sra. Deus Navarro Embajadora de República Dominicana, Sra. Milady Cuello
Representante de ONU Mujeres: Sra. Ana Elena Badilla
La Fundación Casa de Refugio Matilde recibió este 25 de noviembre la Condecoración al mérito Dolores Cacuango de parte del Gobierno Autónomo Descentralizado de la Provincia de Pichincha por «su contribución a la construcción de una Pichincha libre de violencia machista».
La entrega de la condecoración se realizó en el acto de conmemoración por el 25 de noviembre Día Internacional de la Lucha contra la violencia a la Mujer en la plaza Quitumbe, junto a la plataforma gubernamental en el sur de Quito.
La condecoración fue entregada por la consejera provincial Patricia Osorio y por recibida Rosario Gómez Santos, socia fundadora de la Fundación y actual coordinadora técnica de la misma.
Se destacó a la Fundación Casa Matilde como la primera casa de refugio de Ecuador y una de las primeras en América Latina y su trabajo en favor de las mujeres que viven violencia de género.
Rosario Gómez, luego del evento, destacó que la condecoración es para quienes han trabajado y aportado desde 1990 al trabajo de la Fundación Casa Matilde y agradeció a la Prefectura de Pichincha por reconocer la intensa labor de todo el equipo de trabajo.
El jueves 18 de noviembre la Fundación Casa de Refugio Matilde participó en el evento «El viaje de las mariposas» en la Embajada Dominicana en Ecuador, en conmemoración del Día por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, 25 de noviembre.
En sa noche, se recordó la lucha de las tres hermanas Mirabal contra el dictador Rafael Trujillo en República Dominicana y su asesinato un 25 de noviembre de 1960.
«El viaje de las Mariposas (como se las llamó a las hermanas Mirabal), no culminó con su trágica muerte, su legado sigue vivo. Como dijo Minerva… más allá de la tumba, se ha vuelto más fuerte», dijo Milady Cuello de Cabral, embajadora de República Dominicana
Rosario Gómez Santos, coordinadora técnica y fundadora de la Casa Matilde, presentó la historia de la creación de la Fundación como un logro del movimiento de mujeres y el trabajo que realiza desde 1990, como la primera casa de refugio para mujeres y sus hijas e hijos en situación de violencia.
Además destacó la importancia de la lucha de las hermanas Mirabal en República Domicana y en especial que haya sido el movimiento de mujeres latinoamericano, en su primer encuentro feminista en 1981 que haya marcado la lucha de las mujeres contra la violencia de género.
Lily Rodríguez, del Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer (Cepam), expresó que el problema de la violencia contra las mujeres «no es solo de las mujeres, es un problema social que le corresponde a múltiples instancias enfrentarlo». «El estado ecuatoriano tiene una deuda con las mujeres. El presupuesto para luchar contra la violencia a la mujer se rebaja cada vez y los recursos que existen, además llegan tarde.», indicó.
Lorena Barba, de ONU Mujeres, presentó algunas estadísticas y datos sobre la violencia a las mujeres en el Ecuador.
Al finalizar el evento, Minuo Tavarez Mirabal, hija de Minerva, envió un mensaje a Ecuador a través de un vídeo en el que destacó la lucha de su madre y hermanas en favor de una vida libre para las mujeres y para República Dominacana. «Cuando salvamos a una mujer de la violencia de género, las hermanas Mirabal siguen vivas», expresó al finalizar su mensaje desde la Casa Museo de las Hermanas Mirabal.
Milady Cuello de Cabral, embajadora de República Dominicana. De derecha a izquierda: Segundina Torres, embajadora de Bolivia; Nury Solís, embajadora de Costa Rica; Julia Isabel Escallón, ministra consejera de embajada de Colombia; Milady Cuello de Cabral, embajadora de República Dominicana y Rosario Gómez Santos, fundadora Casa de Refugio Matilde.
El objetivo del taller fue ejecutar el proceso de capacitación ocupacional de panadería.
En el mismo participaron 13 mujeres, quienes recibieron 16 horas teóricas y 36 horas prácticas de capacitación que les permitió obtener un certificado emitido por las tres instituciones con el cual podrán incorporarse al ámbito laboral y contar con una herramienta para su independencia económica.
Agradecemos a la Asociación Ecuatoriana de Molineros y la Universidad San Francisco de Quito por la oportunidad brindada a éstas mujeres.
El pasado 27 de diciembre la Fundación Casa de Refugio Matilde junto con el grupo de Lideresas del Sur de Quito realizó un taller con el fin de sensibilizar sobre la importancia de realizar acciones concretas de prevención de la violencia de género y cuando ya existen casos de violencia en los barrios y comunidades.
El taller se llevó a cabo en el marco de los 16 días de activismo convocados por la organización de las Naciones Unidas en contra la violencia de género para posicionar el tema de las acciones concretas para PREVENIR la violencia.
La metodología que se utilizó fue participativa con trabajo en grupos con el fin de obtener mensajes o ideas de acciones para prevenir la violencia desde los barrios y comunidades.
En el evento participaron 77 personas vía online pertenecientes al sector educativo de instituciones de la zona Quitumbe y lideresas del sur de Quito.
Luego del taller, se consolidaron las ideas de acciones y mensajes, se editaron para formato de redes sociales. Se diseñaron dos plantillas para dos tipos de mensajes: uno para prevenir la violencia y otro para enfrentar la violencia para difundir los 10 mensajes consolidados hasta el 10 de diciembre cuando culminaron los 16 días de activismo por el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Durante el Taller se sensibilizó a quienes participaron en la importancia de generar redes de apoyo en los barrios y comunidades con quienes se trabaja para enfrentar situaciones de violencia ya existentes entre las vecinas, niños, niñas, adolescentes.
Al realizar el trabajo en grupos, se reflexionó, desde la misma experiencia de las lideresas del sur de Quito, sobre la importancia de no juzgar a las mujeres que viven violencia, insistir en apoyarlas aunque no quieran denunciar ya que la denuncia no siempre es la única salida y muchas veces genera rechazo y miedo en las mujeres.
Se destacó la importancia de realizar acciones concretas desde las prácticas cotidianas tanto en los barrios como en las entidades educativas para ir cambiando esquemas y estereotipos como una forma de prevenir la violencia de género.
Por ejemplo se conversó sobre el efecto que producen en las niñas y adolescentes los reinados de belleza como la elección de la Quiteña Bonita o la realización de campeonatos de fútbol solo para hombres.
A continuación compartimos los mensajes: Les invitamos a compartirlos, difundirlos. Si desea bajarlo lo puede hacer en este enlace: DESCARGAR IMAGENES
La Fundación Casa de Refugio Matilde, con el apoyo de ACNUR, organizó dos jornadas de fortalecimiento de la Red de Atención y Prevención de la Violencia Intrafamiliar (RAP VIF SUR).
A las dos jornadas, organizadas en dos días, asistieron 45 y 57 personas respectivamente, representantes y funcionarias y funcionarios de varias organizaciones.
La Red Rap Vif aglutina en la actualidad a 17 organizaciones sin fines de lucro y estatales que trabajan en contra de la violencia de género, en favor de los niños y niñas y adolescentes y personas en movilidad humana.
Gabriela Bermúdez, coordinadora de la Red RAP VIF del Sur de Quito y funcionaria de Children International, dio la bienvenida en nombre de las instituciones que forman parte de la red y agradeció a la Fundación Casa Matilde por apoyar con las jornadas de forlecimiento. «Estos talleres son súper importantes porque contienen temáticas que nos favorecen mucho y nos actualizan con conocimientos que necesitamos quienes trabajamos con población vulnerable».
«Es importante darnos la mano entre instituciones, esperamos que éste sea el inicio de una relación que nos permita fortalecernos como red en vista de nuestra población que en realidad nos necesita», dijo Bermúdez.
Rosario Gómez Santos, socia fundadora de la Fundación Casa de Refugio Matilde, recordó que la Casa Matilde fue unas de las instituciones que formaron la Red Rap Vif Sur.
«Esperamos que con estas jornadas, apoyemos a que la red siga fortaleciendo su trabajo porque lo que hacemos en cada una de nuestras instituciones implica mucha complejidad y es importante que nos podamos dar la mano entre instituciones para colaborar y coordinar… Este año cumplimos 30 años y para nosotras es un gusto poder dedicar toda la energía para fortalecer el trabajo en red porque creemos en el trabajo y liderazgo colectivo para enfrentar los problemas sociales y humanos con los que trabajamos», dijo Rosario Gómez.
La primera capacitación estuvo a cargo de la Dra. Roxana Arroyo, con la temática Igualdad de género y Derechos Humanos.
Durante su ponencia, Roxana Arroyo enfocó su charla en tres ejes: qué entendemos por igualdad; la no discriminación y el derecho a vivir una vida libre de violencia en nuestras sociedades.
«El principio de igualdad no se puede entender sin el principio de discriminación que puede parecer muy abstracto. La igualdad se puede medir por la ausencia de la discriminación. ¿Y cómo se mide la ausencia de la discriminación?… si usted mide los índices de violencia contra las mujeres, los índices de embarazo adolescente lo que nos está diciendo es que hay una sociedad muy permisiva al aceptar el embarazo adolescente como algo que pasa y no como abuso de poder», dijo Arroyo.
La segunda jornada estuvo a cargo de la Msc. Andrea Castillo sobre la temática: sistema sexo género, violencia y movilidad humana.
Durante su ponencia, Castillo explicó el sistema sexo género como una categoría analítica y el género como una categoría de construcción social «totalmente jerárquica que responde a dominaciones de poder, dentro de un sistema patriarcal y de machismo sobre la mujer».
Presentó también los tipos de violencia estipulados en la Ley de Violencia contra la Mujer aprobada en el 2018, los datos de la última encuesta sobre violencia contra la mujer del INEC (Envigmu 2019).
Rosita Alava, una de las participantes agradeció por la oportunidad de conocer más sobre el sistema sexo género y los estereotipos con los que crecemos las mujeres. «Tenemos que empoderarnos como mujeres. Si me llega jalar el pelo, ya es violencia y tengo que alzar la voz de protesta». «Les agradezco mucho por esta intervención y darnos a conocer estos temas que todas deberíamos conocer… conocer cómo se dan las violencia y los estereotipos», indicó.
De su parte, Beatriz Bordes felicitó a las organizadoras «por tocar este tema que es complejo, amplio y que debe ser de conocimiento público». «Este aporte ha sido muy bueno para que lo podamos entender y replicar», dijo.
Les compartimos algunas fotografías de las capacitaciones virtuales:
57 participantes en la segunda jornada. Andrea Castillo, capacitadora. Tipos de violencia.
La Fundación Casa de Refugio Matilde, con el apoyo de ACNUR y la Secretaría de Derechos Humanos, capacitó en el mes de agosto a lideresas de organizaciones provinciales de mujeres sordas de la Comisión de Mujeres de la Federación Nacional de personas sordas del Ecuador. Fenasec
A la capacitación denominada «Por el derecho a una vida libre de violencia» durante cuatro fines de semana, asistieron 25 mujeres de varias ciudades del país como Ambato, Cuenca, Chimbo, El Puyo, Guayaquil, Loja, Neuva Loja, Macas, Quito y Sucumbíos y también de países vecinos.
Para las capacitaciones que se realizaron por internet, el equipo de la Fundación Casa Matilde contó con el apoyo de Paulina Luna, intérprete de Lengua de Señas ecuatoriana y también con material audiovisual en Lengua de Señas por parte del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Rosario Gómez, socia fundadora de la Casa Matilde y miembro del equipo de capacitación, expresó que los talleres han significado «una experiencia muy importante para el equipo de la Casa Matilde y han dejado muchos desafíos y retos para el futuro».
«Me pareció una experiencia muy significativa. En especial conocer la realidad de mujeres, que de alguna manera ya la conocemos, pero aquí con la salvedad de que son mujeres sordas, que tienen una discapacidad, lo cual las pone en situación de mayor riesgo»
«La primera impresión de tuve es que las mujeres sordas son tratradas como si tuvieran una disacapacidad mental, lo cual implica vivir violencia desde pequeñas y al interior de sus familias», dijo Rosario Gómez.
Para ella es ha sido una experiencia «muy gratificante» porque como equipo pudieron sentir que «pudimos de alguna manera apoyar a mujeres que tienen mucha interna, que la han tenido para luchar en sus vidas y salir adelante». «Son mujeres en quienes la discriminación producto de su discapacidad llega a ser violencia, pero es una violencia totalmente naturalizada y sutil».
En la capacitación se abordaron éstos temas: el posicionamiento del tema de la violencia en América Latina y en el Ecuador, tipos y ámbitos de la violencia establecidos en la Ley Orgánica, las causas y consecuencias de la violencia, el sistema sexo género y estrategias y prácticas para trabajar contra este problema.
Para Anna Cristina Ruiz, capacitadora de los talleres, fue muy conmovedora la experiencia al compartir con lideresas mujeres sordas.
«Al participar como facilitadora con el grupo de mujeres sordas me conmovio mi alma y me sorprendio adentrarme y encontrar cuán grande es su fortaleza y su vulnerabilidad para enfrentar no solo a su entorno familiar violento y excluyente sino a un mundo donde su lenguaje no tiene cabida, son mujeres valientes con una capacidad de resilencia impresionante y admirable», dijo Anna Cristina.
En las evaluaciones, algunas de las participantes agradecieron por los temas abordados e indicaron la importancia de poder detectar la violencia y denunciarla para «no quedarnos calladas» :
«Muchas gracias, muy interesante. Nos ha faltado tener esta información conocer sobre la lucha, para poder compatir con otras mujeres de la comunidad», dijo una de ellas.
«Qué importante lo que nos han dado en este taller, porque a veces nos quedamos calladas, es importante no aguantar esta situación porque nos podemos enfermar». «Muy interesante conocer los tipos de violencia, es super importante saber cuándo es violencia y cuando no es violencia», indicaron.
Luego de las capacitaciones, las dirigentas expresaron su aspiración de que el servicio de albergue y consulta externa de la Fundación Casa Matilde pueda tener dentro de su personal, personas que conozcan Lengua de Señas para poder contar con este tipo de servicios.
Captura de pantalla en una de las capacitaciones con el grupo de dirigentas mujeres sordas del Ecuador.
El viernes 26 de junio pasado celebramos con un evento online transmitido en vivo nuestros 30 años de lucha por una vida de violencia.
Son 30 años de la primera Casa de Refugio para mujeres víctimas de violencia de género y 30 años de uno de los logros del movimiento de mujeres del Ecuador.
Aunque estamos viviendo una pandemia mundial por el Covid19, que por cierto ha recrudecido los niveles de violencia contra las mujeres, no quisimos dejar pasar la celebración de estos 30 años de vida institucional.
Les resumimos aquí el evento que se inició a las 5pm y terminó cerca de las 17H30 y se transmitió por nuestra página de Facebook y también por YouTube. (Tuvimos un corte en la transmisión de YouTube y les pedimos disculpas por eso a quienes nos estaban siguiendo por ese canal, pero se puede volver a ver en este video)
De manera especial queremos destacar el apoyo que tuvimos de la intérprete en Lengua de Señas ecuatoriana, Paulina Luna. Nuestro interés fue lograr un evento realmente inclusivo para las personas sordas.
Para la transmisión en vivo contamos con el apoyo de El Churo Comunicación, como presentadoras Lucila Donoso y María Fernanda Almeida del equipo de la Casa Matilde.
En el evento tuvimos las palabras de Betty Vásquez, presidenta de la Fundación; luego de Rosario Gómez, fundadora de la Casa Matilde quien destacó los principales aprendizajes de estos 30 años, también contamos con la música de la cantante Grecia Albán, estrenamos un vídeo con tres testimonios de usuarias del albergue, emitimos varios videos de saludos de los representantes de nuestros socios ACNUR, PMA, otros saludos personales y también entrevistas a miembros del movimiento de mujeres del Ecuador que estuvieron en el proceso de creación de la Casa Matilde. Y también la música de la cantante esmeraldeña Mel Mourelle que nos encantó con su fuerza.
(En este enlace se puede leer la transcripción completa de las palabras de Betty Vásquez y Rosario Gómez )
Destacamos que son 30 años de una de las conquistas del movimiento de mujeres del Ecuador: cómo rindió sus frutos el esfuerzo conjunto de mujeres organizadas para luchar por una vida de violencia para las mujeres y sus hijos e hijas.
“La Casa de Refugio Matilde se ha convertido en estos 30 años en un espacio seguro donde las mujeres que viven violencia pueden ser acogidas con sus hijas e hijos tanto en el servicio de albergue y también en consulta externa. Un espacio donde puedan para fortalecerse, conocer y apropiarse de sus derechos a una libre de violencia y así pasar de ser víctimas a ser sobrevivientes”, dijo Lucila Donoso.
Betty Vásquez, presidenta de la Fundación destacó que la Casa Matilde nació “de las necesidades que se veían cuando, en el servicio jurídico del Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer, contábamos con una serie de casos de violencia contra las mujeres. Y precisamente, a través del CEPAM, que fue nuestra madre, si cabe el término, nuestras compañeras del CEPAM hicieron posible el nacimiento del albergue, para posteriormente convertirnos también en Fundación”.
“Para mí particularmente es motivo de mucho orgullo, de mucha alegría, nostalgia diría yo, porque en esa época yo era estudiante de derecho, era parte del CEPAM y, de una u otra manera, fui parte del nacimiento de lo que fue el primer albergue en nuestro país. Y ahora, paradójicamente, casualmente, estoy presidiendo este gran proyecto, esta gran institución, que se ha mantenido y esperamos que se siga manteniendo por muchos años más”.
Agradeció el apoyo de instituciones, de amigos y amigas que hacen posible que sigamos trabajando: como el CEPAM, ACNUR, El Programa Mundial de Alimentos, Medicus Mundi, UNFPA; la Secretaría de Derechos Humanos en la actualidad, anteriormente el Ministerio de Justicia; Grupo Futuro; tantos amigos, amigas, que siempre están colaborado y apoyándonos.
Rosario Gómez Santos, socia fundadora de la Casa Matilde recordó los inicios desde el departamento jurídico del CEPAM desde donde empezaron a descubrir que atrás de una pensión de alimentos, de una demanda de alimentos, atrás de un divorcio, “había un monstruo, un monstruo que para nosotros hasta ese entonces había sido desconocido. Y era el monstruo de la violencia a la mujer”.
De forma paralela formaron parte del movimiento de mujeres llamado “Acción por el Movimiento de Mujeres” donde se creó una comisión para el tema de violencia contra las mujeres. Silvia Vega, Carmen Gangotena y Rosario Gómez redactaron un pliego de peticiones al Estado ecuatoriano para exigir cambios; reformas al Código Penal vigente; “exigíamos la creación de las Comisarías de la Mujer; exigíamos la derogatoria de esos artículos en donde se daba permiso a los hombres para matar a las mujeres si las encontraban en acto carnal ilícito y exigíamos las casas de refugio, porque ya sabíamos que teníamos necesidad de un albergue, de una casa a donde recibir a estas señoras que nos pedían que se querían quedar con nosotros en las oficinas”.
Rosario recordó cómo en el gobierno de Rodrigo Borja, con el ministro de Bienestar Social, Raúl Baca Carbo, con la viceministra Elsa María Castro y Tatiana Cisneros de Directora Nacional de la Mujer se aceptó el pliego de peticiones y se creó la entonces Casa de Refugio para Mujeres y Menores.
Además de hacer un recorrido por los principales hitos durante los 30 años de trabajo, cómo luego se convirtió en Fundación, Rosario también destacó los principales aprendizajes:
PRIMER APRENDIZAJE: sin la organización no podemos seguir. La importancia de la organización, de la organización popular, de la organización de todos y de todas, pero especialmente hoy rescatamos la organización de las mujeres.
Porque todas las leyes que existen, y ojalá que existan muchas jóvenes en las personas que nos están escuchando, que esas jóvenes y jóvenes sepan que hay que seguir luchando, pero para eso hay que organizarse, para eso hay que organizar círculos de mujeres. Entonces ese es el gran aprendizaje, yo lo rescato como el gran aprendizaje de la vida, la importancia y la fe en la organización. No es fácil trabajar en una organización, pero cuando uno tiene un ideal, un objetivo, una meta, uno lo puede lograr.
SEGUNDO APRENDIZAJE:empezamos a conocer muchísimo más el problema de la violencia. Nosotros nos metimos a estudiar para conocer más el problema de la violencia. Saber qué era esto. Que no podíamos ser como la vecina de la esquina, que tal vez de buena fe le dice a la señora: “oiga, hasta cuándo se aguanta, usted es una tonta, no. Porque se aguanta ese marido que le pega”. Nosotros no podíamos, sabíamos que no podíamos repetir ese discurso. No queríamos juzgar a las mujeres. Ahora estamos convencidas de que no hay que juzgar a las mujeres.
Porque este es un problema que nos afecta a todos, que tiene raíces muchísimo más profundas en la sociedad, esta sociedad que hay que cambiarla, esta sociedad que hace daño a las mujeres especialmente pero también a los hombres. Porque el patriarcado también deshumaniza a los hombres, y a las mujeres también. Y todos somos corresponsables de esta situación, y todos tenemos que ser los sujetos de estos cambios que necesitamos en la sociedad.
Y conocimos entonces, como herramientas para trabajar en el problema de la violencia, conocimos el ciclo de la violencia de Leonor Walker, y descubrimos que no era un ciclo como una bicicleta que da la vuelta, sino que era una espiral. Una espiral que cada día se va haciendo más grave, más grave, más grave.
TERCER APRENDIZAJE: no podemos segmentar las cosas. No podemos creer que la violencia tenemos que estudiarla y entenderla como un problema aislado, como un problema que solo nos pasa a las mujeres, como un problema que tenemos que solo resolverlo las mujeres. No. Este es un problema del Estado, este es un problema de la sociedad en general. Somos el 52 por ciento de la población, y ese 52 por ciento de la población, a veces desde antes que nacemos, en la niñez, en la adultez y en la tercera edad, estamos siendo violentadas. Cuánta energía se desperdicia en nuestra sociedad con ese 52 por ciento de una población que vive afectada. Que no está en su cien por ciento de energías, porque anda mal adentro, anda oprimida, no tiene ganas de vivir.
Entonces, eso es importante, por eso es un problema de salud pública. Por eso es un problema la violencia. Esta violencia de la que estamos hoy día hablando, es un problema que afecta al desarrollo. ¿A cuál desarrollo? Al de las personas, al de los grupos familiares, al de la sociedad en general, al de los pueblos, al de las comunidades, al de las vecindades.
CUARTO APRENDIZAJE: Un último aprendizaje, porque nos metimos a estudiar también, filosofía, epistemología, es que saber que nosotros no podemos segmentar las cosas. No podemos hablar de la violencia a los niños y a las niñas y no hablar de la violencia que sufre la pareja de su padre y de su madre. De esas malas relaciones de opresión y de violencia que existen. Es clarísimo, si nosotros atendemos a un niño violentado indudablemente que ese niño está viviendo en un grupo familiar en donde hay violencia. Y si atendemos a una mujer violentada, segurísimo que los niños también están viviendo violencia.
Aprendimos a que no podemos llamar víctimas a las mujeres. Porque decirle víctima es seguirla victimizando y sentir que ella no tiene capacidad de lucha. Tenemos que hablar de sobrevivientes de la violencia, esto es muy importante.
Al final Rosario dijo: “Este es un evento del Movimiento de Mujeres. Porque queremos recordarnos. Recordarnos a todos nosotros. A esos compañeros hombres que también están junto a nosotros, apoyándonos, trabajando junto con nosotros para trasformar esta sociedad. Queremos decirles que este es un evento para recordar la importancia de la fuerza de la organización, y que a eso tenemos que volver, a los círculos de mujeres, a las organizaciones de mujeres, a las organizaciones populares”.
Para conmemorar el Día Mundial del Refugiado (20 de junio) publicamos una serie de retratos y pequeñas historias de mujeres sobrevivientes de violencia de género y refugiadas.
Ellas reciben apoyo integral de la Fundación Casa de Refugio Matilde, Acnur (agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados) y otras organizaciones.
Aquí compartimos las fotografías y las historias que publicamos durante una semana en nuestra página en Facebook.
Somos mucho más de lo que nos ha sucedido. Somos mujeres que queremos vivir felices, libres y realizar nuestros sueños.
«Uno de los recuerdos más lindos de cuando era niña es cuando salía sola con mi mamá a los centros comerciales a tomar helados🍦y pizza🍕. También cuando jugaba con mis primos chiquitos en el playstation🎮. Me encantaba mucho jugar con ellos, son los mejores recuerdos de mi infancia».
Claudia (nombre protegido), 16 años, venezolana. Refugiada y sobreviviente de violencia de género.
«Me gustaba salir a caminar con mi papá. Me llevaba a muchos lugares. Lo que yo le pedía, me lo daba y todavía mi papá nos quiere dar de todo: leche, ponquey. 🥛🧁 Él quiere que vayamos allá. Todavía me ve como si fuera una niña pequeña».
Roxana (nombre protegido), 50 años, venezolana. Sobreviviente de violencia de género y refugiada.
«Mi sueño frustrado es viajar. Pero ya con responsabilidades como que eso queda estancado. Me he considerado nómada, me gustaría viajar a todos lados. Me gustan los lugares con mucha playa, me encantaría ir a Cancún o Curazao y también a lugares con mucha nieve».
Mariana, 34 años, colombiana. Sobreviviente de violencia de género y refugiada.
“En el futuro me gustaría ser una mujer súper, súper independiente, tener mi propio almacén, tener una sala de eventos, tener varias propiedades y una agencia de venta de carros”.
Daniela (nombre protegido), 29 años, colombiana. Sobreviviente de violencia de género y refugiada.
“En el futuro lo que quiero es ir a la playa, aunque no me gusta meterme al mar, pero sí estar por la tarde en la arena y también trabajar en un trabajo honrado”.
Georgina, 42 años, venezolana Sobreviviente de violencia y refugiada
El pasado 25 de noviembre se publicaron los datos de la nueva Encuesta Nacional sobre Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres (Envigmu) que recoge datos actualizados sobre actos violentos que han experimentado mujeres ecuatorianas mayores a 15 años de edad.
Esta es una herramienta estadística que aporta a visibilizar la violencia contra las mujeres en nuestro país. Los datos completos se los puede obtener en esta presentación del Instituto de Estadísticas y Censos (INEC): Datos ENVIGMU 2019
Uno de los primeros datos que destacan en esta encuesta es: 65 de cada 100 mujeres en el Ecuador han experimentado por lo menos un hecho de algún tipo de violencia a lo largo de su vida. Este indicador nos dice que hay una alta prevalencia de violencia contra las mujeres en nuestro país. Y en los últimos 12 meses, según la encuesta, 32 de cada 100 mujeres han experimentado algún tipo de violencia.
También se destacan los datos obtenidos sobre los roles femeninos y masculinos. Uno de ellos muestra que 27 de cada 100 mujeres creen que una buena esposa debe obedecer a su esposo en todo lo que él ordene. Mientras que, 86 de cada 100 mujeres creen que tienen el mismo de derecho de trabajar y ganar dinero.
La encuesta incluye por primera vez a la violencia Gineco-Obstétrica y la diferenciación entre los ámbitos de investigación (en pareja, escolar, laboral, social y familia), basándose en lo establecido en la nueva Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres. La encuesta se aplicó a 20.848 viviendas del país en zonas rurales y urbanas.
Compartimos aquí algunos de los datos de esta investigación estadística proporcionados por el INEC:
El pasado 23 de noviembre participamos en la marcha Vivas Nos Queremos en conmemoración del 25 de noviembre, Día Mundial por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Queremos una vida libre de violencia para las mujeres, niñas, adolescentes, adultas, adultas mayores.
Marchamos desde el parque El Ejido, por toda la calle 10 de Agosto hasta la plaza de San Blas en el ingreso al centro histórico de Quito y luego de regreso al parque de El Arbolito donde se desarrolló un evento artístico.
«Ahora que estamos juntas, ahora que si nos ven, abajo el patriarcado se va a caer, se va a caer»
Iván Zahínos, director
de relaciones internacionales de Medicus Mundi Mediterránea con sede en
Barcelona – España, visitó Quito el pasado mes de agosto, con el objetivo de
realizar un seguimiento de la relación que mantiene la organización con la
Fundación Casa de Refugio Matilde y establecer los objetivos a futuro.
En el 2015 Medicus Mundi Mediterrànea inició la relación con la Fundación Casa de Refugio Matilde. En estos cuatro años, como cuenta Iván, el trabajo se ha centrado en fortalecer el funcionamiento del albergue para mujeres víctimas de violencia de la Fundación, en prevención e investigación y también apoyar la labor que realizan en red con otras organizaciones a través de la Red Rap Vif Sur (Red de Atención y Prevención de la Violencia Intrafamiliar en el Sur de Quito). “Nuestro objetivo es intentar que esa articulación entre los actores sea lo mejor posible, y que cualquier mujer que venga de una situación de violencia, sienta que tiene una atención integral, porque la Fundación ha liderado, de alguna forma, esa coordinación de la red de entidades del sur”, expresó.
En esta entrevista, Iván nos explica que su objetivo a futuro es apoyar a que las mujeres que egresan del albergue logren salir del ciclo de la violencia al contar con autonomía económica y también abrir una línea de incidencia política junto con otras organizaciones para presionar por un apoyo más permanente del estado ecuatoriano. En ese sentido expresó su preocupación por el contexto “complicado” de las políticas públicas del país.
Además, nos
explica ejemplos en lo que la labor de la Fundación Casa Matilde sirve como “una
escuela” para aprender experiencias exitosas y luego replicarlas en otros
países donde Medicus Mundi trabaja como en Bolivia y Bosnia Herzegovina o
Mozambique.
¿Cuál es el objetivo de la visita en este año?
Por motivos operativos y cuestiones de más largo plazo, más estratégicas. Por un lado, hacer el seguimiento de las intervenciones de los proyectos que tenemos en marcha, que están funcionando bien. El segundo era valorar con las compañeras de la Fundación, qué estructura queremos darle a la relación que tenemos. Y el tercer objetivo es siempre la visión más a largo plazo. Nosotros nos hemos centrado mucho en unas líneas que eran el apoyo a la Casa de Refugio Matilde, al albergue.
¿Cuáles son las líneas de trabajo a futuro
luego de apoyar al albergue, la investigación, prevención y fortalecer el
trabajo en red en el sur de Quito?
¿Hay que continuar
haciendo lo que hemos hecho hasta ahora? Yo creo que sí, porque la necesidad
está ahí, pero después de hablar mucho con las compañeras, un poco después de
la experiencia, vemos que hay dos líneas que son el futuro de las estrategias
que queremos llevar a cabo.
Una, es que
estamos empezando a poner el pie en todo lo que es la formación ocupacional y
medios de vida y creación de oportunidades laborales para las mujeres que
ingresan a la Casa, para cuando salen. Y bueno eso está empezando a
consolidarse, pero ahí hay muchísimo trabajo que hacer, y eso lo vemos básico.
¿Por qué trabajar en ese sentido, apoyar en el
momento del egreso de las mujeres del albergue?
Nuestra
especialidad es el tema de la salud, pero tenemos también un abordaje muy
amplio al tema de la salud desde los determinantes sociales. Da igual el tema
en que trabajemos, pero siempre es intentar que el impacto que tengamos siempre
sea el más sostenible posible. Entonces lo que vemos y nos transmiten dentro de
la Casa Matilde, es que el tema de la salida de la Casa es donde evidentemente
se percibe más el riesgo, de que realmente una mujer no consiga salir del ciclo
de violencia, si no tiene autonomía, al final acabe regresando. Con lo cual el
impacto y la sostenibilidad de lo que has venido trabajando con esa mujer,
puede quedar en entredicho, desafortunadamente para la mujer. Entonces, ya hay
todo un trabajo que se está haciendo que evidentemente, se pueden mejorar, que
tiene un estándar de calidad muy bueno. Si logramos realmente que la gente que
sale de la Casa, salga con oportunidades reales a nivel de independencia
económica, pues ahí habremos logrado un impacto más sostenible de calidad, de
autonomía para las mujeres. Es complicado, es complejo que entra ya todo el
tema del mercado laboral, que no está fácil, pero bueno, vamos a intentar
entrar ahí.
¿Y la segunda línea de trabajo a futuro?
La otra, que es
algo que no sólo es característico de Ecuador, es algo que vemos en otros
países de los que trabajamos en tema de derechos de mujeres y violencia, es el
tema de la incidencia política para que realmente las políticas que existen, se
conviertan en presupuestos objetivos que apoyen a los servicios, en este caso a
atención, pero que esas políticas contemplen presupuestos para trabajar en
prevención.
Por lo que
vemos aquí en Ecuador la Casa Matilde recibe un 30% de apoyo del Estado en el
funcionamiento del albergue. Es poco, porque aparte hay que pelearlo mucho, el
dinero no cae con una cierta previsión, hay momentos en los que hay vacíos,
cada año es una incertidumbre si va a llegar o no, entonces no permite diseñar
estrategias a más largo plazo. En otros países ese 30% ni existe. En este año,
cuando las compañeras fueron a Barcelona, vimos que allá las casas públicas
están mantenidas al 100% por el Estado. Entonces yo creo que es una diferencia
sustancial en la calidad de la atención que se le puede brindar a las mujeres.
Que realmente tengan los servicios, tengan un presupuesto adecuado para el
servicio que se está brindando, y por supuesto, un presupuesto estable que
permita tener un equipo de trabajo estable.
¿Esta incidencia política sería con un trabajo
en red, con vinculación con otras organizaciones?
En la red hay gente con diferentes especialidades. Ahora por ejemplo hemos tenido una reunión con SURKUNA que tiene toda una línea más desde el punto de vista del apoyo legal, jurídico que es súper necesario. Pero el denominador común que tenemos son los derechos de las mujeres, nosotros tenemos especialidad más en el tema sanitario, otros en oportunidades educativas, pero evidentemente en la incidencia política, es un tema común. Necesitamos que las políticas no solo se queden en el papel, sino que se transformen en un presupuesto, y eso en Ecuador, bueno hay avances, pero todavía está lejos de ser una norma.
¿Cómo sería esta campaña de incidencia
política?
Yo creo que la
campaña, las líneas de la incidencia se tienen que diseñar en conjunto con
todas las instituciones de aquí. Nosotros nos vamos a sumar a eso, no es que
tengamos la varita mágica. Pero creo que intentar diseñar una campaña en la que
las instituciones se sientan confortables, cómodas y que toque los elementos
comunes, y que tengamos una campaña estable, durante un cierto tiempo de
trabajo de lobby a las autoridades públicas. Si logramos el impacto, perfecto,
si no logramos, también, pero por qué no hacerlo.
Pero ese es el
objetivo, que cualquier proyecto que hagamos, sea más grande o más pequeño,
tenga esa línea de incidencia.
Luego de esta visita a Quito ¿cómo has visto el avance de los proyectos?
Yo creo que los proyectos están funcionando bien, los objetivos que se habían marcado se están cumpliendo, es decir, el funcionamiento de la casa, la colaboración y la formación de profesionales sanitarios, el tema de las campañas de sensibilización, el tema de empezar esa línea de capacitación y oportunidades de empleo para mujeres, se están logrando. Sí que me preocupa un poco más el contexto, de lo que vengo escuchando.
¿El contexto en cuanto a políticas públicas?
Si es verdad que a lo largo de las visitas, hubo años en los que sientes que tu proyecto, tiene un empuje que ya no es propio del proyecto, sino del contexto. Es decir, que la sociedad civil, las políticas públicas, etc están ahí en una dirección. Y sientes que te sumas a eso y eso es genial. Pero ahora, la percepción que he tenido, es que estamos otra vez en contra corriente a la tendencia que va el país. Hay menos inversión pública, se están despidiendo funcionarios del estado, servicios que antes estaban en marcha, se están cerrando. Entonces pues sí, eso evidentemente dificulta, es cómo que el esfuerzo que haces, te cuesta el triple, si realmente el país no camina en esa dirección. Y aparte de eso, de la política del país, que hay una cierta crisis en el sector público, es que también hemos tenido contacto con personas que está trabajando en temas de migración y movilidad humana, y hay una doble realidad de una menor capacidad de ofertar servicios, y más demanda, no solo de gente de aquí sino de gente de fuera, que tienen una problemática aparte, súper difícil de movilidad humana con la población colombiana y venezolana. Entonces sí que el contexto que he visto, pues está complicado.
A diferencia de otros años…
Si, otros años
Ecuador seguía como subiendo en crecimiento, también la gente tenía una
sensación de dignidad de que el país va para arriba y más optimismo. Ahora en
todas las reuniones que hemos ido, la gente anda un poco más quejándose, más
pesimista y más realista al mismo tiempo.
Comentabas que el trabajo de la Fundación Casa Matilde ha servido como modelo para otras iniciativas en países ¿nos puedes dar un ejemplo?
Nosotros trabajamos en diferentes países, en temas de derechos de mujer, pero Ecuador es un poco la escuela. Muchas de las ideas que sacamos, y que intercambiamos, como la del trabajo en red, vienen de acá. Por ejemplo, cuando se diseñó aquí el mapeo georeferenciado de todas las instituciones que trabajan en temas de atención, prevención, que son parte de la red y tuvo un éxito. Pues eso yo lo tomé como algo de referencia, y lo hemos introducido en proyectos en Mozambique que se van a empezar a hacer ahora. Porque es un punto importantísimo, las instituciones, más o menos se conocen todas, van a las reuniones, pero no tienen muy claro que hace cada una, ni dónde están, ni qué servicios tienen. Y no te digo los funcionarios públicos, vienen casos que dicen, ¿qué hago con esta mujer, a dónde la envío? También con el Centro de Atención Integral de la Casa de Refugio Matilde. En Bosnia nosotros trabajamos con una fundación local muy potente, y trabaja en una red de casas de acogida. Pero en toda la ciudad, en la capital en Sarajevo, no existía ningún centro de atención integral. Entonces, a partir un poco del modelo y adaptándolo, formulamos la idea de abrir ese primer centro de atención, que se inaugura en septiembre. Entonces si es verdad que el modelo de atención y funcionamiento que tiene la Fundación Casa Matilde y el trabajo en red que hacen, nos da muchas ideas. Y eso lo intentamos maximizar con los esfuerzos que hacemos entre las delegaciones de los países en los que nosotros trabajamos.
La Fundación Casa de Refugio Matilde desde sus inicios incorporó a los hombres en el trabajo contra la violencia a la mujer. En uno de los proyectos que están en marcha se está trabajando en el tema de nuevas masculinidades, ¿por qué tienen este interés en trabajar en ese aspecto?
Yo siempre creo que el interés sale de las demandas y comentarios que hace la gente que está en el terreno. La idea de que estamos trabajando una problemática social que afecta directamente a la mujer en todos sus aspectos, desde un punto de vista muy integral. Nosotros entramos por la salud y luego nos dimos cuenta que esto no es solo salud, hay un componente social, económico, legal. Ahora las instituciones que están trabajando en este tipo de movimientos de la sociedad civil, lo que se están dando cuenta, es que para la transformación real, hay que incorporar también la visión del hombre, ese rearmar de las masculinidades. Y ahí fue que empezamos a plantearnos el trabajar no solo con grupos de hombres este tema sino también con grupos de mujeres.
Nos están haciendo esta demanda de incorporar el tema de masculinidades también en Bolivia, Mozambique, en Bosnia. Entonces la idea es un poco a partir de la experiencia aquí, llevarla allá, adaptarla al contexto, pero continuar expandiendo este trabajo.
Entrevista y fotos: Lucila Donoso
Ivan Zahínos es Licenciado en Estudios de Salud y tiene un Master de Salud Pública por la University of South Africa. Es director de relaciones internacionales de Medicus Mundi Mediterránea, organización con la que trabaja desde el año 2005. Ha trabajado en Bosnia y Herzegovina, El Salvador, Mexico, Guinea Ecuatorial, Angola, Mozambique, Kosovo, Ecuador, Bolivia, Burkina Faso y los Campamentos Saharauis de Argelia. Es activista en la defensa del derecho a la salud, siendo miembro del People Health Movement.
La Prefectura del Gobierno de Pichincha y la Fundación Casa de Refugio Matilde suscribieron un convenio marco de cooperación interinstitucional para contribuir en la implementación del Plan de Prevención y Erradicación de Violencia de Género que desarrollará el Gobierno de Pichincha como parte del objetivo de declarar a la provincia «libre de violencia».
De manera específica, firmaron un convenio para
capacitar al personal del gobierno provincial con el objetivo de prevenir,
detectar y referir casos de violencia de género.
Previo a la firma del convenio, la prefecta de Pichincha, Paola Pabón, recorrió las instalaciones del albergue de la Fundación Casa de Refugio Matilde y conoció de cerca el trabajo que realizamos en favor de las mujeres y sus hijos e hijas afectados por la violencia intrafamiliar y de género.
En la firma del convenio, Elizabeth Barahona, directora
de la Fundación Casa de Refugio Matilde, expresó: «Prefecta, queremos agradecer su
compromiso y el trabajo en favor de los derechos de las mujeres, conozco de su
lucha feminista desde hace muchos años, agradecerle por ese compromiso y ese
trabajo”.
“Vamos a poner mucha fuerza en beneficio de las
mujeres, porque nuestro compromiso va más allá y es lograr un mundo libre de
violencia, un mundo donde tanto hombres y mujeres podamos construir un mundo
equitativo, de igualdad y que podamos vivir en un mundo de paz”, dijo.
“Para nosotros el compromiso es seguir sosteniendo el
albergue, el próximo año tendremos un gran evento por los 30 años de la
Fundación, esperamos poder seguir trabajando juntas”, expresó la directora de
la Fundación.
La prefecta Paola Pabón expresó su emoción por
suscribir un convenio que será, dijo, “el primer paso” para “lograr el sueño de
que Pichincha sea una provincia libre de violencia contra las mujeres”.
“Una sociedad que violenta, que maltrata a las mujeres,
que las criminaliza, no es una sociedad sana que puede vivir en paz, no es una
sociedad que cría a las futuras generaciones en paz. El tema de violencia
contra las mujeres no es un tema solo de mujeres, es un tema de hombres y
mujeres, y también del Estado”, dijo.
Paola Pabón expresó también su emoción y dijo estar
“muy conmovida” por encontrarse “entre mujeres tan valientes que trabajan por
cambiar la vida de mujeres que llegan acá a este refugio destrozadas en todos
los sentidos… eso es tener mucha fortaleza para poder continuar el trabajo de
salvar vidas a las mujeres”.
“Esta es la única casa de refugio que existe en toda
la provincia de Pichincha y esta es la única que funciona porque esta
Fundación, es decir la sociedad civil, ha sostenido esta casa durante casi 30
años. Eso significa que hay un esfuerzo de las mujeres, un compromiso de
sostener este espacio”, destacó.
En ese sentido destacó que se tomó la decisión “de
firmar este convenio con mujeres que toda su vida han dedicado a salvar la vida
de las mujeres”.
“Este es un comienzo para el gobierno de Pichincha, para ustedes una actividad más durante estos casi 30 años de vida, pero para nosotros reviste mucha importancia la firma de este convenio”, finalizó.