La Fundación Casa de Refugio Matilde avanza en la culminación de un convenio con la Prefectura de Pichincha suscrito a finales del 2023, para fortalecer los servicios y trabajar en la prevención de violencia de género. Este convenio ha permitido fortalecer la institucionalización de medidas de no discriminación, prevención y erradicación de la violencia de género en el ámbito laboral, así como la consolidación de una forma organizativa por usuarias y exusuarias de Centros Integrales de Protección de Derechos Warmi Pichincha.
Entre los logros destacados de esta alianza se encuentra la conformación de una organización integrada por usuarias y exusuarias de los Centros Warmi, con el propósito de fortalecer los servicios públicos y promover su participación activa en la gestión de estos espacios.
Además, se ha diseñado una estrategia piloto para articular territorialmente a mujeres organizadas en vinculación con el Centro Warmi de Pichincha Solanda y los programas de la Prefectura, impulsando su empoderamiento y acceso a derechos.
Otro hito importante ha sido el análisis de la implementación del Protocolo para la Prevención, Atención y Eliminación de todas las formas de acoso y hostigamiento laboral, con o sin connotación sexual, y de la violencia de género dentro de la Prefectura. Como parte de este proceso, se ha capacitado a 120 funcionarios y funcionarias en la identificación, prevención y atención de situaciones de acoso laboral, violencia sexual y de género, reforzando así el compromiso institucional con espacios laborales seguros y libres de violencia.
Este es el segundo convenio que la Fundación Casa de Refugio Matilde establece con la Prefectura de Pichincha. El primero, desarrollado entre 2019 y 2020, permitió capacitar a cerca de 1.000 funcionarios y funcionarias de las distintas direcciones de la Prefectura en prevención de la violencia de género. Estas capacitaciones se extendieron incluso a los campamentos de Nanegalito y Los Bancos, garantizando que el conocimiento y las herramientas de prevención llegaran a todos los niveles de la institución.
Con estos avances, la Fundación Casa de Refugio Matilde y la Prefectura de Pichincha reafirman su compromiso con la igualdad de género y la erradicación de la violencia, consolidando políticas y acciones que promuevan entornos laborales y comunitarios más justos y seguros para todas las personas.
Primer taller de usuarias y exusuarias de Centros Warmi Pichincha en salón de la Prefectura de Pichincha. Segundo taller de usuarias y exusuarias de Centros Warmi Pichincha en el Centro de Formación Leonidas Proaño. Primer taller de usuarias y exusuarias de Centros Warmi Pichincha. Primer taller con funcionarios y funcionarias para Prevenir y Sensibilizar sobre el acoso laboral y la violencia basada en género. 3 dic 2024
Segundo taller con funcionarios y funcionarias para Prevenir y Sensibilizar sobre el acoso laboral y la violencia basada en género. 12 dic 2024
En septiembre se realizaron los dos primeros talleres los sábados 9 y 30 de septiembre y luego los dos últimos el 21 y 28 de octubre.
En el primer taller, realizado de manera presencial y virtual, se abordó el tema de los Derechos de las Mujeres con Discapacidad a cargo de la abogada Ana Gabriela Ramos.
En el taller, en el que participaron varias lideresas, se abordaron de forma participativa temas como los Derechos Humanos y el ser sujetas de derechos.
El 30 de septiembre, en el taller realizado de manera presencial y virtual, se trató el tema de la Participación Ciudadana y Empoderamiento de las Mujeres con Discapacidad a cargo de Rosario Gómez, presidenta de la Fundación Casa de Refugio Matilde.
En este módulo se abordaron igualmente, con dinámicas participativas, los temas relacionados a la importancia de la participación ciudadana, y cómo comprender el empoderamiento, la autoestima y la autonomía.
Los dos últimos talleres:
En el tercer taller, que estuvo a cargo de Betty Tang, destacada lideresa de las mujeres sordas, se trataron temas de liderazgo con el objetivo de ejercer como líderes para la transformación de las mujeres con discapacidad.
El cuatro y último taller se llevó a cabo el 28 de octubre y se trató el tema de Género, discapacidad y Violencia basada en género a cargo de Daniela Cueva, licenciada en Relaciones Internacionales, en proceso de tesis para obtener el título de Especialista en Género, violencia y Derechos Humanos.
En este último taller contamos con la presencia de Maritza Segura, como delegada del UNFPA y entregamos certificados de participación a quienes cumplieron con el proceso.
Para la Fundación Casa de Refugio Matilde y el equipo encargado de este proyecto ha sido todo un reto con muchos aprendizajes el realizar estos talleres de forma realmente inclusiva. Hemos contado con intérprete de Lengua de Señas para las mujeres sordas, realizamos todos los esfuerzos para que las mujeres con discapacidad visual puedan escuchar un audio de calidad a través de la transmisión virtual y tomado en cuenta las necesidades específicas de todas las participantes.
En el primer taller, realizado de manera presencial y virtual, se abordó el tema de los Derechos de las Mujeres con Discapacidad a cargo de la abogada Ana Gabriela Ramos.
En el taller, en el que participaron varias lideresas, se abordaron de forma participativa temas como los Derechos Humanos y el ser sujetas de derechos.
El 30 de septiembre, en el taller realizado de manera presencial y virtual, se trató el tema de la Participación Ciudadana y Empoderamiento de las Mujeres con Discapacidad a cargo de Rosario Gómez, presidenta de la Fundación Casa de Refugio Matilde.
En este módulo se abordaron igualmente, con dinámicas participativas, los temas relacionados a la importancia de la participación ciudadana, y cómo comprender el empoderamiento, la autoestima y la autonomía.
Para la Fundación Casa de Refugio Matilde y el equipo encargado de este proyecto ha sido todo un reto con muchos aprendizajes el realizar estos talleres de forma realmente inclusiva. Hemos contado con intérprete de Lengua de Señas para las mujeres sordas, hemos hecho un esfuerzo para que las mujeres con discapacidad visual puedan escuchar un audio de calidad a través de la transmisión virtual y tomado en cuenta las necesidades específicas de todas las participantes.
Los siguientes talleres se realizarán el sábado 21 y finalizaremos el 28 de octubre con una pequeño evento de entrega de certificados a las participantes.
La Fundación Casa de Refugio Matilde suscribió un convenio con el UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas) para la realización de un proceso de capacitación orientado al fortalecimiento de los liderazgos de las mujeres con discapacidad.
El proyecto se inicia en agosto del 2023 y finalizará en diciembre del mismo año y estará a cargo del equipo técnico especializado de la Fundación Casa de Refugio Matilde.
Los talleres de formación tienen el propósito de desarrollar la comprensión y la familiaridad con los mecanismos de protección de los derechos de las mujeres con discapacidad nacionales e internacionales, desarrollar estrategias para promover su participación y liderazgo, así cómo lograr la interseccionalidad entre género y discapacidad y la violencia basada en género.
Rosario Gómez Santos, presidenta de la Fundación, expresó que este proyecto busca “avanzar hacia estos grupos totalmente invisibilizados de mujeres que, con enorme fortaleza, tratan de ejercer sus derechos de ciudadanía”. Además indicó que “como parte de toda la lucha del movimiento de mujeres es fundamental incluir a las mujeres con discapacidad quienes, junto con todas las personas que viven discapacidad, son las más discriminadas y violentadas”.
Se espera que los talleres contribuyan para: 1) Adquirir nociones básicas los derechos de las mujeres con discapacidad establecidos en instrumentos jurídicos nacionales e internacionales. 2) Lograr entender las formas de participación ciudadana, a través del empoderamiento, con la finalidad de poder incidir en los procesos que sean de interés. 3) Conocer e identificar cuáles son herramientas significativas que pueden guiar los procesos de liderazgo de las mujeres con discapacidad. 4) Obtener la preparación necesaria para analizar los enfoques transversales de género y discapacidad
La discapacidad y el género son interseccionalidades que determinan una realidad que en muchas ocasiones lleva a una situación de exclusión, barreras y múltiples vulnerabilidades para las mujeres y las diversidades sexogenéricas.
Según el registro del CONADIS, hasta el mes de mayo de 2023, se encuentran registradas 471.205 personas con discapacidad a nivel nacional. De las cuales, 206.714 se reconocen como hombres, 264.463 mujeres y 28 LGBTIQ+.
La mayoría de la población se encuentra en el grupo etario comprendido entre los 36 y 64 años, lo que se traduce en un 40,72% de personas. Asimismo, resulta importante tener en cuenta que el 20,71% del total de personas con discapacidad en el país, corresponde a niñas, niños, adolescentes y jóvenes entre 7 y 24 años.
El Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) es una organización internacional que acompaña, sirve y defiende a las personas en situación de migración forzada y con necesidad de protección internacional.
En Ecuador trabajan en Esmeraldas, Guayaquil, Huaquillas, Lago Agrio, Quito y Tulcán.
Con este convenio se busca un apoyo interinstitucional para fortalecer los servicios que las dos organizaciones ofrecen y trabajar en conjunto en la atención a las mujeres víctimas de violencia de género en situación de migración.
Suscribieron el convenio José Fernando López Forero, director del Servicio Jesuita y Rosario Gómez Santos, presidenta de la Fundación Casa Matilde.
La Fundación Casa de Refugio Matilde (FCRM) fue elegida en este año como parte de un proceso de postulación ante el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la iniciativa Spotlight, para realizar la Consultoría para la territorialización del Modelo de Gestión del Sistema Nacional Integral de Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres (SNIPEVCM).
Como parte de esa consultoría, un equipo de la Casa Matilde realizó un mapeo de actores del SNIPEVCM y facilitó talleres en los cantones Azogues, Chone, Cuenca y Morona con el objetivo de sensibilizar a los actores estratégicos de esas poblaciones sobre la problemática de la violencia de género y construir con ellos un Modelo de gestión y un Plan de implementación de éste, adaptados a su propia realidad local.
Los talleres se desarrollaron entre el 6 y el 30 de septiembre de este año, con un total de 142 participantes, incluyendo autoridades de los gobiernos autónomos descentralizados y de la Secretaría de Derechos Humanos, funcionarios de servicios de atención a víctimas y sobrevivientes de violencia de género a nivel cantonal y actores de la sociedad civil que desarrollan actividades relacionadas con la prevención y erradicación de la violencia contra mujeres, jóvenes y niñas.
Entre algunas de las conclusiones y recomendaciones se estableció que las rutas críticas de víctimas y sobrevivientes en su búsqueda de atención y justicia eran confusas y revictizantes y por esta razón las mujeres solían acudir a organizaciones de mujeres para encontrar ayuda.
También, aunque se reconoce que se cuenta con pocas evidencias, el equipo consideró que “las transformaciones institucionales que ha tenido el SNIPEVCM no se han traducido en rutas de atención más claras y menos revictimizantes, sino que han presentado nuevos desafíos y obstáculos para las víctimas, las sobrevivientes y las organizaciones que acompañan sus rutas críticas. El Estado sigue siendo una entidad en la que, por muchas razones, las víctimas y sobrevivientes desconfían”.
En ese sentido, el trabajo reveló que “las organizaciones sociales que brindan servicios de acompañamiento y apoyo a las mujeres desempeñan un rol esencial para contrarrestar los factores inhibidores de las rutas críticas y garantizar que víctimas y sobrevivientes puedan ejercer sus derechos cuando han vivido violencia”, según se expilca en el informe final.
Y por esa razón consideran que “una reorganización efectiva del SNIPEVCM debe garantizar que estas organizaciones puedan desarrollar su trabajo en mejores condiciones, proveyéndoles de mayores recursos y ampliando su rango de acción a lo largo de las rutas”.
También, se destaca que la reparación ante la violencia “no apareció como tema de reflexión ni en el mapeo ni en los talleres, lo cual fue un reflejo de que en los cantones no se estaba trabajando sobre esto”.
Otra de las recomendaciones del documento final fue la necesidad de que “la sociedad civil fortalezca su accionar en la veeduría y control social del SNIPEVCM”.
El equipo consultor de la Fundación Casa Matilde estuvo conformado por Rosario Gómez, Rocío Bolaños, Nancy Carrión Sarzosa, Juan Fernando Ortega, Tatiana Zambrano, Juan Fernando Ortega, Carmen Barreto y María Belén Pacheco.
La Fundación Casa de Refugio Matilde (FCRM), con el apoyo del Programa Mundial de Alimentos, inició en enero de 2022 el proyecto para apoyar a mujeres sordas en situación de violencia basada en género con atención en servicio de albergue y consulta externa.
El proyecto incluye atención integral (psicológica, legal, social) tanto por vía telemática y servicio de albergue a las mujeres sordas con sus hijos/as, que son afectadas por violencia basada en género en riesgo de femicidio sean ecuatorianas o que se encuentren en movilidad humana.
La atención integral se realiza en el marco de la aplicación de la propuesta teórico- metodológica de la Casa de Refugio Matilde, que se respalda en los enfoques de Derechos Humanos, de Género e Interseccional, entre otros.
En el 2020 la Fundación Casa de Refugio Matilde como producto del proceso de cinco talleres de sensibilización y capacitación sobre violencia basada en género, entró en contacto con la comunidad de mujeres sordas por medio de la Coordinadora Nacional de Mujeres Sordas del Ecuador, organización que es parte de la Federación Nacional de Personas Sordas del Ecuador (FENASEC).
El resultado de este trabajo permitió conocer la problemática de género que vive este grupo poblacional y surgió desde sus mismas dirigentas la necesidad de que en Casa Matilde se cuente con personal intérprete en lengua de señas. Adicionalmente, en el servicio de consulta externa que mantenía la FCRM, se atendió a mujeres sordas que se animaron a romper el silencio en el que viven.
Ésta experiencia inicial reflejó la necesidad de atención y protección de las mujeres sordas afectadas por la violencia y en peligro de femicidio. Además, evidenció las situaciones de desigualdad en la que esta población vive, la doble e incluso triple vulneración y discriminación lo que motivó a la FCRM a incluir también en su lucha en contra la violencia de género, a esta población de mujeres sordas.
La Fundación Casa de Refugio Matilde, con el apoyo de ACNUR y la Secretaría de Derechos Humanos, capacitó en el mes de agosto a lideresas de organizaciones provinciales de mujeres sordas de la Comisión de Mujeres de la Federación Nacional de personas sordas del Ecuador. Fenasec
A la capacitación denominada “Por el derecho a una vida libre de violencia” durante cuatro fines de semana, asistieron 25 mujeres de varias ciudades del país como Ambato, Cuenca, Chimbo, El Puyo, Guayaquil, Loja, Neuva Loja, Macas, Quito y Sucumbíos y también de países vecinos.
Para las capacitaciones que se realizaron por internet, el equipo de la Fundación Casa Matilde contó con el apoyo de Paulina Luna, intérprete de Lengua de Señas ecuatoriana y también con material audiovisual en Lengua de Señas por parte del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Rosario Gómez, socia fundadora de la Casa Matilde y miembro del equipo de capacitación, expresó que los talleres han significado “una experiencia muy importante para el equipo de la Casa Matilde y han dejado muchos desafíos y retos para el futuro”.
“Me pareció una experiencia muy significativa. En especial conocer la realidad de mujeres, que de alguna manera ya la conocemos, pero aquí con la salvedad de que son mujeres sordas, que tienen una discapacidad, lo cual las pone en situación de mayor riesgo”
“La primera impresión de tuve es que las mujeres sordas son tratradas como si tuvieran una disacapacidad mental, lo cual implica vivir violencia desde pequeñas y al interior de sus familias”, dijo Rosario Gómez.
Para ella es ha sido una experiencia “muy gratificante” porque como equipo pudieron sentir que “pudimos de alguna manera apoyar a mujeres que tienen mucha interna, que la han tenido para luchar en sus vidas y salir adelante”. “Son mujeres en quienes la discriminación producto de su discapacidad llega a ser violencia, pero es una violencia totalmente naturalizada y sutil”.
En la capacitación se abordaron éstos temas: el posicionamiento del tema de la violencia en América Latina y en el Ecuador, tipos y ámbitos de la violencia establecidos en la Ley Orgánica, las causas y consecuencias de la violencia, el sistema sexo género y estrategias y prácticas para trabajar contra este problema.
Para Anna Cristina Ruiz, capacitadora de los talleres, fue muy conmovedora la experiencia al compartir con lideresas mujeres sordas.
“Al participar como facilitadora con el grupo de mujeres sordas me conmovio mi alma y me sorprendio adentrarme y encontrar cuán grande es su fortaleza y su vulnerabilidad para enfrentar no solo a su entorno familiar violento y excluyente sino a un mundo donde su lenguaje no tiene cabida, son mujeres valientes con una capacidad de resilencia impresionante y admirable”, dijo Anna Cristina.
En las evaluaciones, algunas de las participantes agradecieron por los temas abordados e indicaron la importancia de poder detectar la violencia y denunciarla para “no quedarnos calladas” :
“Muchas gracias, muy interesante. Nos ha faltado tener esta información conocer sobre la lucha, para poder compatir con otras mujeres de la comunidad”, dijo una de ellas.
“Qué importante lo que nos han dado en este taller, porque a veces nos quedamos calladas, es importante no aguantar esta situación porque nos podemos enfermar”. “Muy interesante conocer los tipos de violencia, es super importante saber cuándo es violencia y cuando no es violencia”, indicaron.
Luego de las capacitaciones, las dirigentas expresaron su aspiración de que el servicio de albergue y consulta externa de la Fundación Casa Matilde pueda tener dentro de su personal, personas que conozcan Lengua de Señas para poder contar con este tipo de servicios.
Captura de pantalla en una de las capacitaciones con el grupo de dirigentas mujeres sordas del Ecuador.
La Prefectura del Gobierno de Pichincha y la Fundación Casa de Refugio Matilde suscribieron un convenio marco de cooperación interinstitucional para contribuir en la implementación del Plan de Prevención y Erradicación de Violencia de Género que desarrollará el Gobierno de Pichincha como parte del objetivo de declarar a la provincia “libre de violencia”.
De manera específica, firmaron un convenio para
capacitar al personal del gobierno provincial con el objetivo de prevenir,
detectar y referir casos de violencia de género.
Previo a la firma del convenio, la prefecta de Pichincha, Paola Pabón, recorrió las instalaciones del albergue de la Fundación Casa de Refugio Matilde y conoció de cerca el trabajo que realizamos en favor de las mujeres y sus hijos e hijas afectados por la violencia intrafamiliar y de género.
En la firma del convenio, Elizabeth Barahona, directora
de la Fundación Casa de Refugio Matilde, expresó: “Prefecta, queremos agradecer su
compromiso y el trabajo en favor de los derechos de las mujeres, conozco de su
lucha feminista desde hace muchos años, agradecerle por ese compromiso y ese
trabajo”.
“Vamos a poner mucha fuerza en beneficio de las
mujeres, porque nuestro compromiso va más allá y es lograr un mundo libre de
violencia, un mundo donde tanto hombres y mujeres podamos construir un mundo
equitativo, de igualdad y que podamos vivir en un mundo de paz”, dijo.
“Para nosotros el compromiso es seguir sosteniendo el
albergue, el próximo año tendremos un gran evento por los 30 años de la
Fundación, esperamos poder seguir trabajando juntas”, expresó la directora de
la Fundación.
La prefecta Paola Pabón expresó su emoción por
suscribir un convenio que será, dijo, “el primer paso” para “lograr el sueño de
que Pichincha sea una provincia libre de violencia contra las mujeres”.
“Una sociedad que violenta, que maltrata a las mujeres,
que las criminaliza, no es una sociedad sana que puede vivir en paz, no es una
sociedad que cría a las futuras generaciones en paz. El tema de violencia
contra las mujeres no es un tema solo de mujeres, es un tema de hombres y
mujeres, y también del Estado”, dijo.
Paola Pabón expresó también su emoción y dijo estar
“muy conmovida” por encontrarse “entre mujeres tan valientes que trabajan por
cambiar la vida de mujeres que llegan acá a este refugio destrozadas en todos
los sentidos… eso es tener mucha fortaleza para poder continuar el trabajo de
salvar vidas a las mujeres”.
“Esta es la única casa de refugio que existe en toda
la provincia de Pichincha y esta es la única que funciona porque esta
Fundación, es decir la sociedad civil, ha sostenido esta casa durante casi 30
años. Eso significa que hay un esfuerzo de las mujeres, un compromiso de
sostener este espacio”, destacó.
En ese sentido destacó que se tomó la decisión “de
firmar este convenio con mujeres que toda su vida han dedicado a salvar la vida
de las mujeres”.
“Este es un comienzo para el gobierno de Pichincha, para ustedes una actividad más durante estos casi 30 años de vida, pero para nosotros reviste mucha importancia la firma de este convenio”, finalizó.
Compartimos el artículo de opinión escrito por Iván Zahínos, coordinador de Relaciones Internacionales de Medicus Mundi Mediterránea.
Iván nos visitó durante una semana para revisar el avance de los proyectos que lleva adelante Medicus Mundi junto con la Fundación Casa de Refugio Matilde y durante su estadía estuvo en el albergue y conversó con dos mujeres que permanecen allí.
Desde la página de Medicus Mundi Mediterránea Iván nos escribe un artículo donde expresa su rabia e indignación por la violencia de género, por la situación que viven las mujeres y sus hijos y por la falta de apoyo a la labor que realizan organizaciones como la Fundación Casa de Refugio.
Medicus Mundi colabora desde hace más de 5 años con la Fundación Casa de Refugio Matilde en mantener operativo el único albergue para mujeres víctimas de violencia en Quito, entre otros proyectos.
En su artículo, Iván dice:
“En medio de las entrevistas, en un estado que mezcla la rabia, la sorpresa, la indignación y la vergüenza, recuerdo la película “El abrazo de la serpiente” y los siglos de guerra entre humanos en esta tierra, en esta nuestra América Latina. Veo las escamas de esta serpiente, como muda de piel, pero sigue siendo la misma devoradora. Hay historias de violencia personal, de agresión y dominación a la mujer, hay una historia de violencia colectiva. Hay conflictos políticos que sobrepasan las fronteras. En ese estado, confieso, me costó seguir con las entrevistas”
“Lo que quiero contar, como protagonista de esta historia (y sí, digo protagonista con la boca bien llena a riesgo de que me vuelvan a tildar de extranjero occidental) es que al final, tiene que ser un grupo de mujeres guerreras en un entorno que las quiere devorar (la inversión social en Ecuador cae significativamente en los últimos dos años), las que no tienen miedo y arman un refugio, la Fundación Casa Matilde ya hace casi 30 años, con tan solo un 30% de apoyo del estado (cuando les cae) y la cooperación de latitudes lejana . Ellas, Cata, Elizabeth, Charito, Carmita, Jeny, Andrés, Pamela y otras son las heroínas que ofertan este oasis para que cientos de mujeres cada año tengan al menos alguna oportunidad para sobrevivir y construir un nuevo proyecto de vida. ¿Dónde están los gobiernos? Pasan de refilón y llaman cuando hay posibilidad de hacerse la foto para inaugurar algo… ¿Dónde están las grandes agencias de la ayuda? A parte de excelentes diagnosticadores, poca cosa más… Y sobre todo, ¿dónde está el capital privado en este drama? No he visto a ningún filántropo, no he visto a ninguna Fundación bancaria…”
LIDIA SERRA: Formada en Ciencias de la Educación, especializada en derechos humanos y acción social orientada a la transformación de las inequidades. En los últimos diez años ha coordinado proyectos de desarrollo en Bolivia, Perú y Ecuador, vinculados al acceso a la educación y la participación social.
Desde 2015 la Fundación Casa de Refugio Matilde y Medicusmundi Mediterrània trabajan juntas en la prevención y atención de la violencia de género en el Sur de Quito.
MMmed (por aquel entonces Medicus Mundi Catalunya), empezó en Ecuador trabajando en Guaranda, provincia de Bolívar, en 2012, con un proyecto de prevención de la violencia y promoción de los derechos sexuales y reproductivos, ejecutado con el Foro Provincial de la Mujer de Bolívar. También, junto con otras ONGD catalanas y ecuatorianas, participó en el Programa Alianzas para Bolívar, de promoción del desarrollo local de familias campesinas.
¿El trabajo en Quito cuándo se inició? ¿Por qué se ha trabajado en el tema de salud, vinculado a derechos sexuales y reproductivos y el tema de violencia de género?
En Quito MMmed empezó en 2015. Se identificó a la Fundación Casa de Refugio Matilde como posible aliado de trabajo y, como aliados estratégicos, a la sala de primera acogida del Hospital Enrique Garcés y la Red de Prevención de la Violencia Intrafamiliar en el sur de Quito, la RAPVIFSUR. Se quería mejorar la capacidad de los profesionales de la salud para atender los casos de violencia y garantizar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres del sur de Quito. Viendo la complejidad de la problemática de la Violencia, se identificaron nuevos proyectos centrados en la atención y la prevención de la violencia contra las mujeres.
¿Cómo dirías que ha sido el trabajo en este tiempo con la Fundación Casa de Refugio Matilde?
Todo el equipo, tanto de Mmmed como de la FCRM, estamos aprendiendo muchísimo con estos proyectos. Para MMmed ha sido un área de trabajo bastante nueva, y se ha convertido en un modelo que se ha replicado en otros países. Ahora se están iniciando acciones de género en Mozambique a raíz de la experiencia de Ecuador. La problemática de la violencia en el Ecuador es fuerte, pero también hay mucha experiencia, mucha calidad profesional y compromiso. Para MMmed me consta que está siendo una oportunidad muy interesante y enriquecedora, y entiendo que a la inversa también.
Entonces, han trabajado en el tema de salud, pero ligado al tema de violencia de género.
Sí, el objetivo ha sido fortalecer a la Fundación y al sistema de salud del sur de Quito, en la atención misma de los casos de violencia. Digamos que esas son las dos grandes áreas que tiene el trabajo de MMmed en Quito: derechos sexuales y reproductivos y violencia de género.
¿Y en cuanto a la violencia de género, en qué aspecto se han enfocado los proyectos?
En la prevención y en mejorar la atención a las víctimas. Es decir, en superar patrones que reproducen violencia, trabajando con adolescentes en procesos educativos y de comunicación. Por otro lado, mejorar los servicios que ofrecen el sistema de salud y el resto de instituciones que trabajan en violencia en el sur de Quito, como la Red contra la Violencia Intrafamiliar (Rap Vif Sur). Se trata de mejorar las capacidades de los profesionales, los mecanismos de coordinación y los instrumentos de derivación de casos entre las instituciones, para que la atención sea más integral y que las mujeres víctimas de violencia no pasen de institución en institución, y se sientan mejor atendidas.
Entonces, puedes decir que en cierta medida se ha encontrado un nicho de trabajo. ¿Se siguen encontrando muchos más espacios en donde trabajar y temas para abordar?
Sí. Tiras de un hilo y te aparecen un montón de necesidades más. La complejidad de la violencia conlleva que no puedas ir rápido, para profundizar tienes que atender todo lo que va surgiendo. Por ejemplo, de repente vimos que no hay datos específicos sobre Violencia y de ahí salió la necesidad de una investigación que hemos incorporado este año. Lo que siempre cuidamos mucho es que queden capacidades instaladas en las instituciones públicas y privadas para que puedan garantizar una atención de calidad a futuro, sin necesidad de la cooperación internacional.
¿Eso es lo que se busca, un proceso que no genere dependencia sino autonomía en las instituciones?
Exactamente. Incluso, en los procesos de comunicación, no hacemos directamente los materiales, sino que hacemos procesos de reflexión conjunta, por ejemplo sobre qué material es más necesario publicar para que luego tenga un mayor impacto. No buscamos imprimir un bolso con el logo y punto. Sino que el proceso mismo de crear los materiales sea un proceso de reflexión institucional junto con la población.
¿La idea sería que los actores se apropien y lo incorporen a su trabajo?
Eso es. Todo parte de la sensibilización. Eso es algo que Casa Matilde también defiende: la importancia de cambiar la mentalidad de los profesionales de las instituciones para que realmente esas personas se vuelvan sensibles al tema de la violencia de género y no sólo participen de la actividad fríamente. Cuando se hacen formaciones, por ejemplo, no buscamos solo una transmisión de conocimientos, sino unos espacios vivenciales de reflexión profunda, que en muchos casos suponen superar bloqueos personales.
Ahora coordinas el proyecto “Por una vida libre de violencia en el Sur de Quito”. ¿Cuáles son las líneas de trabajo y qué se busca?
Este proyecto es la tercera fase de lo que venimos trabajando en Quito MMmed y la Fundación y tiene tres líneas de trabajo: una de comunicación, otra de formación y sensibilización del personal de salud y las lideresas de los barrios, y otra de investigación.
¿En comunicación cuál es el objetivo principal?
En el primer proyecto empezamos con la sensibilización con jóvenes y así vimos la motivación que tienen en temas comunicacionales. Podemos decir que las dos primeras fases se centraron en que los jóvenes desarrollasen materiales de comunicación. Y en esta tercera fase queremos hacer más énfasis en la difusión de los materiales y, con la experiencia de los dos años anteriores, ayudar a instituciones del sur de Quito a diseñar su propia línea comunicacional y/o de sensibilización. La idea es ayudarles a reflexionar sobre si los materiales están siendo útiles o no, y pensar juntas cómo podemos contribuir a que se haga algún nuevo material con mucho más sentido y pertinencia para las mujeres que sufren violencia.
¿En el tema de formación y sensibilización a profesionales?
Esto ya se abordó en las fases anteriores, con capacitaciones a profesionales de la salud y la educación, tanto de colegios como de centros de salud y del Hospital Enrique Garcés, en temas de violencia, de atención a las víctimas y de garantía de los derechos sexuales y reproductivos. Nos dimos cuenta que hay mucha necesidad de formación y que tiene que ser un proceso constante en la vida del profesional. Vimos que todavía hay mucha debilidad en el conocimiento de la norma técnica de atención emitida por el MSP. También entendemos que es difícil la asistencia a talleres por la falta de tiempo, pero en estos años, se ha contribuido a articular la red de salud y descentralizar los casos que recibe el hospital desde los centros de salud de los barrios. Así surgió la idea de hacer un pequeño comité con personas del hospital y de algunos centros de salud que estén ya más sensibilizadas en la materia, y mejorar la atención en alianza entre ellas. Crear una especie de red donde se apoyen mutuamente y donde se puedan derivar casos de violencia una manera más rápida y efectiva.
¿Cuál sería el objetivo de la formación con las lideresas barriales?
Un componente que nos habíamos descuidado en otros años es el trabajo con las mujeres directamente en los barrios. Esto surge al detectar que se desconoce realmente qué está pasando en el sur de Quito en cuanto a violencia. A partir de ese desconocimiento hemos querido trabajar directamente con las lideresas para reflexionar con ellas, conocer como ellas viven la violencia en los barrios y fortalecer su capacidad de atención e incidencia.
¿Por esa falta de datos se ha buscado entonces incluir un eje de investigación?
Sí, por eso mismo. Buscamos que nos dé luces, más académicas, sobre qué factores afectan y están afectando en el sur de Quito en cuanto a la violencia de género. Qué dinámicas, qué patrones, qué sistemas sociales están contribuyendo a que se reproduzca el patrón de la violencia. Este año hemos centrado la investigación en las mujeres que sufren doble discriminación: que viven violencia y además están en situación de movilidad humana, mujeres en situación de refugio, mujeres migrantes de europa y de otros países de la región andina.
¿A futuro, qué planes tienen, qué están pensando trabajar o continuar trabajando con el tema de la violencia vinculado a salud en el sur de Quito?
Todos estos años hemos visto que uno de los factores que hace que las mujeres a veces no logren salir del círculo de la violencia es la falta de recursos propios. La dependencia económica del agresor. Estamos identificando una línea de trabajo basada en la sostenibilidad económica de las mujeres, con un nuevo proyecto de formación ocupacional y oportunidad económica para mujeres que están sufriendo violencia. Buscando alianzas con empresas para que ocupen a las mujeres o que la misma Fundación Casa Matilde cree una línea productiva, económica, para que esas mujeres se empleen ahí. Este sería nuestro gran reto en un futuro próximo.
Entrevista realizada por Lucila Donoso
Periodista – comunicadora, colaboradora de la Fundación Casa Refugio Matilde y medicusmundi mediterrània
Desde diciembre del 2017 la Fundación Casa de Refugio Matilde junto con la organización Medicus Mundi Mediterránea y con el apoyo de la Cooperación Catalana lleva a cabo el proyecto: “Por una vida libre de violencia de género en el sur de Quito, Ecuador” como continuidad de los anteriores, profundizando en la incidencia pública, la prevención y la sensibilización de los derechos sexuales y reproductivos y la violencia basada en género, a la población y las entidades de la zona sur de Quito.
El proyecto “Por una vida libre de violencia de género en el sur de Quito, Ecuador” plantea una intervención integral en la Zona Sur de Quito que incida en las causas y ejes que limitan el ejercicio del derecho a una vida libre de violencia y a los derechos de Salud Sexual y Reproductiva, trabajando con los diferentes actores involucrados en su garantía y ejercicio, por medio de varios Resultados:
1. Aumentar la participación de lideresas de barrio en los procesos de vigilancia social sobre el cumplimiento de normas y procedimientos legales de atención y prevención en violencia de género en diversos espacios de participación de la mujer en Ecuador.
2. Aumentar la coordinación entre los diversos actores que realizan atención de casos de violencia de género en el sur de Quito incorporando espacios de reflexión conjunta y análisis de la ruta de derivación de casos de VG hacia a una atención más integral.
3. Dar a conocer el sistema de protección existente a entidades del sur de Quito: Hospital Enrique Garcés del sur, Maternidad Nueva Aurora y Centros de salud del sur de Quito, y sensibilizarles ante de la problemática de violencia de género para lograr atenciones más integrales, con enfoque de derechos humanos y género.
4. Generar mayor conocimiento sobre la realidad de la violencia de género en el sur de Quito, sus causas y variables, que orientan posibles políticas y programas municipales de prevención.
5. Generar mensajes y materiales informativos accesibles a la población del sur de Quito sobre qué hacer y en qué instituciones dirigirse ante una situación de violencia de género con garantías de recibir una atención de calidad, con enfoque de derechos humanos y género.
Compartimos aquí algunas fotografías de los avances de este proyecto:
Compartimos el videoclip realizado en el marco del Plan de Educación y Comunicación en el que participaron chicos y chicas de SU CAMBIO POR EL CAMBIO en el sur de Quito.
Fue el resultado de un proceso de sensibilización en el que analizaron los patrones que obstaculizan el acceso equitativo a la salud sexual y reproductiva y a una vida libre de violencia, la letra de la canción la escribieron ellos/as mismos.
El vídeo se realizó durante el proyecto “Defensa, garantía y ejercicio de los derechos sexuales, reproductivos, y del derecho a una vida libre de violencia de las mujeres en la zona sur de Quito” a cargo de Medicus Mundi Mediterrània y la Fundación Casa de Refugio Matilde, que se ejecutó desde agosto 2016 hasta agosto 2017 y fue financiado por la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo de la Generalitat de Catalunya.
El vídeo muestra frases que los mismos jóvenes compartieron y socializaron durante el proyecto. Es una muestra de cómo viven las mujeres y los hombres jóvenes la violencia de género, qué sienten, qué piensan, qué les dicen los demás jóvenes y cómo la enfrentan.
Puedes ver el vídeo aquí y te animamos a compartirlo:
“Todo empezó a ponerse feo, me gritaba y me humillaba, a veces sentía miedo. No me dejaba salir si no era con él. Las peleas eran cada vez más fuertes”