La Fundación Casa de Refugio Matilde firmó el 15 de octubre de 2024 un convenio con la carrera de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Central del Ecuador. El objetivo principal es que las y los estudiantes realicen sus prácticas preprofesionales en los servicios que ofrece la Fundación: el albergue temporal y el Centro de Atención Integral (CAI Matilde) para mujeres víctimas de violencia de género.
El evento de firma se realizó en el auditorio de la Facultad, con la participación de estudiantes, docentes y representantes de organizaciones aliadas. Este acuerdo es importante para la Fundación por dos razones: fortalece la atención a las usuarias con el apoyo de estudiantes de Trabajo Social y contribuye a la formación de futuros profesionales, dándoles la oportunidad de conocer de cerca la realidad de la violencia de género.
Declaraciones de las Autoridades
Durante el evento, la Dra. Daysi Valdivieso, subdecana de la Facultad, destacó que:
“Las luchas colectivas en unidad son las generadoras de esfuerzos”.
También resaltó que las prácticas preprofesionales “sirven para construir el camino profesional con una visión que forme, estructure y, sobre todo, se enfoque en la dignidad y el trabajo colectivo”. Agregó que estos convenios con organizaciones como la Fundación Casa de Refugio Matilde, que enfrentan problemas sociales como la violencia de género, son esenciales para brindar “espacios de reflexión y construcción colectiva”.
Por su parte, Marta Racines, directora de la carrera de Trabajo Social, expresó:
“Todas las acciones que estamos haciendo son en beneficio de ustedes”.
Agradeció a las organizaciones que han apoyado este proceso y afirmó que:
“Este compromiso que estamos asumiendo se constituye en un reto para nosotros y para los estudiantes”.
Señaló que las y los estudiantes pondrán en práctica lo aprendido en las aulas con la responsabilidad de contribuir al trabajo de la Fundación.
Finalmente, el decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Jorge Piedra, afirmó que:
“Los convenios de prácticas permiten que los y las estudiantes puedan asentar lo teórico a lo práctico de los conocimientos adquiridos”.
Además, agradeció a la organizaciones que firmaron convenios por “el buen trato a los estudiantes y por enseñarles las diversas acciones en sus instituciones donde van a realizar las prácticas preprofesionales”.
Un Paso hacia el Futuro
Este convenio fortalece la colaboración entre la Fundación Casa de Refugio Matilde y la Universidad Central del Ecuador. La Fundación reafirma su compromiso de seguir trabajando en alianza con instituciones educativas, mejorando la atención que brinda a mujeres sobrevivientes de violencia y formando profesionales que comprendan el problema de la violencia de género y el compromiso social.
Este acuerdo marca un avance hacia una sociedad más justa, donde la teoría se transforma en acción y las y los nuevos profesionales aportan al cambio desde la práctica profesional.
En junio de 2024, la Fundación Casa de Refugio Matilde celebra 34 años de trabajo en la protección y apoyo a mujeres víctimas de violencia de género en Ecuador.
Este aniversario coincide con un acontecimiento histórico significativo: el centenario del voto de Matilde Hidalgo de Prócel, quien en 1924 se convirtió en la primera mujer en Ecuador y América Latina en ejercer el derecho al voto.
Su acción no solo marcó un hito en la historia de los derechos de las mujeres, sino que también abrió el camino para que las mujeres de la región pudieran participar plenamente en la vida democrática de sus países.
La Fundación Casa de Refugio Matilde, nombrada en honor a esta ilustre pionera, inició su trabajo en 1990 a través de un convenio entre el Ministerio de Bienestar Social y el Centro Ecuatoriano de Acción y Promoción de la Mujer (CEPAM), la Fundación ha proporcionado un refugio seguro y servicios integrales a mujeres y niños que han sufrido violencia intrafamiliar. Nuestra labor incluye la provisión de albergue temporal, apoyo psicológico, asesoramiento legal y programas de sensibilización para prevenir la violencia de género.
Durante estos 34 años, la Fundación ha trabajado en la promoción de la sensibilización social sobre los derechos de las mujeres, alineándose con el legado de Matilde Hidalgo de Prócel.
En este aniversario, la Fundación reafirma su compromiso de seguir proporcionando un espacio seguro y trabajando en favor de las mujeres, inspirada por el legado de Matilde Hidalgo de Prócel, cuya valentía y determinación siguen siendo una guía para la lucha por la igualdad de género en Ecuador
La Fundación Casa de Refugio Matilde, dedicada a apoyar a mujeres que enfrentan violencia de género y a sus hijos e hijas, recibió una generosa ayuda económica de la Royal Le Page Shelter Foundation.
Este apoyo no solo ha fortalecido la capacidad operativa de los servicios, sino que también ha permitido mejoras sustanciales en diversas áreas, desde mejoras en la infraestructura, adquisición de equipos y suministros esenciales.
Es importante destacar que Royal Le Page Shelter es la fundación de la empresa inmobiliaria canadiense Royal Le Page. Es la mayor fundación de Canadá dedicada exclusivamente a financiar refugios para mujeres y a la prevención de la violencia doméstica. Su compromiso con esta causa es evidente a través de iniciativas como esta, que tienen un impacto directo en comunidades locales.
Para la Fundación Casa de Refugio Matilde, ser receptoras de esta generosa donación es un honor y significa para nosotras un respaldo fundamental para continuar con la labor. Esta ayuda no solo proporciona recursos tangibles, sino que también envía un mensaje de solidaridad y apoyo a todas las mujeres y familias que luchan contra la violencia de género.
En nombre de la Fundación Casa de Refugio Matilde, expresamos nuestro más profundo agradecimiento a la Royal Le Page Shelter Foundation por la confianza depositada en nosotras.
Su compromiso con la causa de erradicar la violencia de género y su apoyo continuo a organizaciones como la nuestra son verdaderamente inspiradores. Juntas, estamos construyendo un futuro más seguro y equitativo para todas las mujeres, libres de violencia y discriminación.
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Fundación Casa de Refugio Matilde dedicated to supporting women facing gender-based violence and their children, received generous financial support from the Royal Le Page Shelter Foundation.
This support has not only strengthened the operational capacity of the services, but has also allowed for substantial improvements in various areas, from infrastructure improvements to the purchase of essential equipment and supplies.
It is important to note that Royal Le Page Shelter is the foundation of the Canadian real estate company Royal Le Page. It is the largest foundation in Canada dedicated exclusively to funding women’s shelters and domestic violence prevention. Their commitment to this cause is evident through initiatives like this one, which have a direct impact on local communities.
For Fundación Casa de Refugio Matilde, to be the recipient of this generous donation is an honor and means for us a fundamental support to continue the work. This assistance not only provides tangible resources, but also sends a message of solidarity and support to all women and families struggling with gender-based violence.
On behalf of the Matilde Shelter House Foundation, we express our deepest gratitude to the Royal Le Page Shelter Foundation for the trust placed in us.
Your commitment to the cause of eradicating gender-based violence and your continued support of organizations like ours are truly inspiring. Together, we are building a safer and more equitable future for all women, free from violence and discrimination.
El 7 de diciembre la Fundación Casa de Refugio Matilde participó en una entrevista en la radio Corape en el programa Minga por la Pachamama en el que se respondió a la pregunta: ¿Qué podemos hacer como comunidad para ayudar a una mujer que está viviendo violencia?
El programa Minga por la Pachamama “Una ventanita entre el campo y la ciudad”, es un programa a cargo de comunicadores que buscan, a través de la comunicación popular y la comunicación para la acción, promover la soberanía alimentaria, la economía solidaria y el consumo responsable.
Corape es la Coordinadora de Medios Comunitarios Populares y Educativos del Ecuador.
Agradecemos a Eliana Estrella y a Marcelo Aizaga por la oportunidad de tratar el tema de la violencia de género y que el mensaje se pueda escuchar en emisoras que retransmiten el programa a nivel nacional y en zonas rurales y campesinas de nuestro país.
El miércoles 29 de noviembre de 2023 se llevó a cabo una marcha en el sur de Quito por el 25 de Noviembre día internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
La marcha fue convocada y organizada por las organizaciones que forman parte de la Red de Atención y Prevención de la Violencia Intrafamiliar en el Sur de Quito (RED RAP VIF SUR), entre ellas la Fundación Casa de Refugio Matilde.
En este año se buscó retomar la importancia del trabajo en red y visibilizar la lucha contra la violencia de género en el sur de Quito. Se realizó también con la finalidad de volver a posicionar en el sur de la capital la posibilidad de estas expresiones públicas.y llegar con el mensaje de la lucha contra la violencia de género en este sector de la ciudad.
La marcha inició en el parque de Turubamba y recorrió varias calles y avenidas hasta llegar a la Plataforma de lo Social donde se entregó un manifiesto a representantes de los ministerios de Inclusión Económica y Social, de Salud, Registro Civil y al director de la Unidad Judicial.
Al pasar por la Unidad Judicial se apoyó a la familia de Paola Ortega que realizaba un plantón en las afueras donde se llevaba a cabo una audiencia por el femicidio.
La Fundación Casa de Refugio Matilde suscribió un convenio con el UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas) para la realización de un proceso de capacitación orientado al fortalecimiento de los liderazgos de las mujeres con discapacidad.
El proyecto se inicia en agosto del 2023 y finalizará en diciembre del mismo año y estará a cargo del equipo técnico especializado de la Fundación Casa de Refugio Matilde.
Los talleres de formación tienen el propósito de desarrollar la comprensión y la familiaridad con los mecanismos de protección de los derechos de las mujeres con discapacidad nacionales e internacionales, desarrollar estrategias para promover su participación y liderazgo, así cómo lograr la interseccionalidad entre género y discapacidad y la violencia basada en género.
Rosario Gómez Santos, presidenta de la Fundación, expresó que este proyecto busca “avanzar hacia estos grupos totalmente invisibilizados de mujeres que, con enorme fortaleza, tratan de ejercer sus derechos de ciudadanía”. Además indicó que “como parte de toda la lucha del movimiento de mujeres es fundamental incluir a las mujeres con discapacidad quienes, junto con todas las personas que viven discapacidad, son las más discriminadas y violentadas”.
Se espera que los talleres contribuyan para: 1) Adquirir nociones básicas los derechos de las mujeres con discapacidad establecidos en instrumentos jurídicos nacionales e internacionales. 2) Lograr entender las formas de participación ciudadana, a través del empoderamiento, con la finalidad de poder incidir en los procesos que sean de interés. 3) Conocer e identificar cuáles son herramientas significativas que pueden guiar los procesos de liderazgo de las mujeres con discapacidad. 4) Obtener la preparación necesaria para analizar los enfoques transversales de género y discapacidad
La discapacidad y el género son interseccionalidades que determinan una realidad que en muchas ocasiones lleva a una situación de exclusión, barreras y múltiples vulnerabilidades para las mujeres y las diversidades sexogenéricas.
Según el registro del CONADIS, hasta el mes de mayo de 2023, se encuentran registradas 471.205 personas con discapacidad a nivel nacional. De las cuales, 206.714 se reconocen como hombres, 264.463 mujeres y 28 LGBTIQ+.
La mayoría de la población se encuentra en el grupo etario comprendido entre los 36 y 64 años, lo que se traduce en un 40,72% de personas. Asimismo, resulta importante tener en cuenta que el 20,71% del total de personas con discapacidad en el país, corresponde a niñas, niños, adolescentes y jóvenes entre 7 y 24 años.
El 27 de junio de 2023 cumplimos 33 años trabajando por una vida libre de violencia de género.
Desde 1990 brindamos ayuda a mujeres y niños en situaciones de violencia intrafamiliar a través de un servicio de albergue temporal y ahora también en atención externa en nuestro Centro de Atención Integral en Quito-Ecuador.
Estos 33 años los celebramos trabajando de forma intensa en favor de las mujeres y los niños y niñas que se benefician en este momento de los servicios que ofrecemos tanto en albergue como en consulta externa. En especial este mes de junio hemos debido enfrentar situaciones complejas al atender a casos de mujeres que viven graves situaciones de violencia de género con sus vidas en mucho riesgo. Pero aquí seguimos, renovando las energías y buscando siempre estrategias para seguir adelante en favor de las mujeres y cuidándonos nosotras también como equipo técnico y administrativo.
En 1990 se creó la entonces denominada “Casa de Refugio para mujeres y menores” a través de un convenio entre la Dirección Nacional de la Mujer del Ministerio de Bienestar Social y el Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer, CEPAM. Fue el resultado de la demanda y presión del movimiento de mujeres frente al Estado ecuatoriano.
A partir del año 2000, se crea la Fundación Casa de Refugio Matilde que entre sus principales líneas de acción y proyectos incluye este servicio de albergue temporal y cuyo nombre hace homenaje a una de las pioneras del feminismo en Ecuador: la lojana Matilde Hidalgo Navarro de Procel.
En este 2023, renovamos nuestro compromiso por ofrecer un espacio seguro para ti, para mi, para nosotras.
En estos 33 años hemos aportado también con investigación y reflexiones en torno a la violencia de género y la atención directa a las sobrevivientes a través de varias publicaciones que están recogidas en esta página web y que están a disposición del público:
Este 8 de marzo Día Internacional de la Mujer lo conmemoramos de varias maneras con el equipo de la Fundación, con el movimiento de mujeres y con las mujeres víctimas y sobrevivientes de violencia y sus hijas e hijos del albergue.
El mismo miércoles 8 de marzo participamos en la tarde en la masiva marcha en Quito que se inició en la Universidad Central y llegó hasta el parque del Arbolito pasando por San Blas.
Marchamos miles de mujeres en el Ecuador y el mundo para seguir exigiendo nuestros derechos a una vida digna y libre de violencias, a ser escuchadas y alzar nuestra voz por las que fueron calladas.
A nivel interno también conmemoramos el 8 de marzo con el equipo de profesionales y las mujeres víctimas y sobrevivientes de violencia de género con sus hijas e hijos en el albergue de la Fundación. Realizamos un taller para profundizar sobre la importancia de “conmemorar” y no “celebrar” este día, de lo que exigimos como mujeres y observamos un video sobre las marchas en el país. Luego, las mujeres realizaron carteles con consignas que luego los llevamos a la marcha con el objetivo de visibilizar sus demandas.
Adicionalmente, el viernes 24 de marzo participamos en la Feria Ciudadana “Tenemos derecho a una vida sin violencia” organizada por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, en la plataforma gubernamental en Quitumbe, en el sur de Quito.
En el evento, en el que tuvimos un stand de la Fundación Casa de Refugio Matilde, aprovechamos para entregar un reconocimiento al Movimiento de Mujeres de El Oro (MMO) por su importante lucha en favor de los derechos de las mujeres no solo de esa provincia de la costa de nuestro país, sino también de todo el Ecuador, ya que ahora tres mujeres de esa organización se encuentran en puestos de decisión en instituciones públicas con injerencia a nivel nacional.
Entregamos un regalo y material de la Fundación Casa Matilde a tres compañeras del Movimiento de Mujeres del Oro: Gina Aguilar Ochoa, presidenta del Consejo de Participación Ciudadana; a Rosa López Machuca, asesora de la presidenta del mismo Consejo y a Melisa de la Cruz, coordinadora nacional de género del Consejo de la Judicatura.
Que cada 8 de marzo nos permita recordar las luchas de miles de mujeres desde muchos lugares por lograr un mundo más equitativo y justo, reconocer que hay avances, así como tener presente que hay mucho todavía por hacer.
Este día es una oportunidad que desafía a hombres y mujeres a reinventarnos y reinventar formas para seguir luchando de manera individual y colectiva por una mejor sociedad.
De izquierda a derecha: Gina Aguilar Ochoa, presidenta del CPCSS, Rosa López, asesora CPCSS y Rosario Gómez Santos presidenta de la Fundación Matilde. Foto: cortesía CPCSSCarteles elaborados por las usuarias del albergue de la Fundación Casa de Refugio Matilde
En el 2023 la Fundación Casa de Refugio Matilde fortalece el servicio gratuito en consulta externa (de 9 a 4pm) para mujeres víctimas y sobrevivientes de violencia.
Con la aprobación del financiamiento por un año con fondos estatales, la Casa Matilde ampliará su personal para fortalecer los servicios gratuitos a mujeres víctimas y sobrevivientes de violencia de género, mujeres sordas y en movilidad humana, a través de atención integral en consulta externa que incluye: atención telemática, intervención en crisis, terapia psicológica, asistencia legal y social en problemas de salud, educación y otros como consecuencia de la violencia de género.
Este es un servicio que la Fundación ya venía ofreciendo, pero con escasos recursos y personal limitado.
En enero del 2023, el Estado ecuatoriano, por medio del nuevo Ministerio de la Mujer, aprobó el proyecto para sostenibilidad del servicio de albergue de la Fundación Casa Matilde y también de consulta externa.
En este servicio se ofrece apoyo a mujeres víctimas de violencia de género y sobrevivientes que deciden “romper el silencio” y comenzar a hablar y pensar en cómo enfrentar su situación de opresión y violencia cotidiana. Se le ofrece el servicio de albergue en caso de que la violencia de género crezca y la vida física y emocional esté en riesgo.
El objetivo de este servicio es: atender a las mujeres en el primer período de crisis cuando están viviendo una situación de violencia y luego apoyarles a encontrar su propio camino para enfrentar o salir de esa situación que están viviendo utilizando sus propios recursos internos, de su red de apoyo y de organizaciones y servicios que se pueden encontrar en la ciudad o el país.
Las citas para ser atendidas pueden ser presenciales, por video conferencia o por teléfono. Las mujeres pueden llamar o escribir para tomar una cita al teléfono 098 779 66 88
La atención es gratuita y se mantiene total confidencialidad. Se busca ofrecer a las mujeres un espacio seguro, confiable, donde puedan sentirse tranquilas y acompañadas. Atendemos a mujeres cuyas experiencias de violencia ocurren en diferentes ámbitos y no solo el intrafamiliar. Como violencia en el ámbito laboral, en el educativo, deportivo, en centros o instituciones de salud, entre otros.
Los enfoques con los que atendemos a las mujeres son de derechos humanos, feminista, laico, de inclusión (podemos atender a mujeres sordas).
Garantizamos el total respeto a las decisiones que tomen las propias mujeres, luego de obtener información y apoyo integral. Que sepan que buscar ayuda no les obliga a dar pasos que no quieren. Pero sí que puedan indagar, explorar opciones que les permitan enfrentar la violencia que están viviendo. Porque creemos que cada mujer vive de manera diferente las situaciones de violencia y por tanto las formas de enfrentarla son distintas.
En el Salón José Mejía Lequerica de la Asamblea Nacional, el pasado 26 de octubre, se llevó a cabo el evento en homenaje a los Centros de Atención Integral y Casas de Acogida que trabajan en favor de las mujeres afectadas por la violencia de género.
Rosario Gómez Santos, presidenta de la Fundación Casa de Refugio Matilde recibió el reconocimiento entregado por el asambleísta Eckenner Recalde y solicitó que se aplaudiera también a las compañeras que conforman el equipo técnico de la Casa Matilde y quienes se encontraban en el salón.
En el reconocimiento entregado se expresa:
“Asamblea Nacional, El Presidente:
Considerando que es revelante la gestión cumplida por directivos, profesionales y colaboradores que integran la organización FUNDACION CASA DE REFUGIO MATILDE, acuerda:
Ponderar la trayectoria de trabajo y servicio a la comunidad generada por la Fundación Casa de Refugio Matilde, domiciliada en la ciudad de Quito, provincia de Pichincha, y reafirmar el permanente compromiso y disposición para propiciar acciones conjuntas y favorecer el crecimiento colectivo, con una prioritaria atención a los grupos más vulnerables de la sociedad.
Entregar el presente acuerdo legislativo en acto especial programado para reconocer la significativa labor impulsada por actores sociales imbuidos de auténtico liderazgo y convicción para luchar por el bien común y el desarrollo integral de la patria.
Firmado: Dr. Virgilio Saquicela Espinoza, presidente Asamblea Nacional”
El jueves 18 de noviembre la Fundación Casa de Refugio Matilde participó en el evento “El viaje de las mariposas” en la Embajada Dominicana en Ecuador, en conmemoración del Día por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, 25 de noviembre.
En sa noche, se recordó la lucha de las tres hermanas Mirabal contra el dictador Rafael Trujillo en República Dominicana y su asesinato un 25 de noviembre de 1960.
“El viaje de las Mariposas (como se las llamó a las hermanas Mirabal), no culminó con su trágica muerte, su legado sigue vivo. Como dijo Minerva… más allá de la tumba, se ha vuelto más fuerte”, dijo Milady Cuello de Cabral, embajadora de República Dominicana
Rosario Gómez Santos, coordinadora técnica y fundadora de la Casa Matilde, presentó la historia de la creación de la Fundación como un logro del movimiento de mujeres y el trabajo que realiza desde 1990, como la primera casa de refugio para mujeres y sus hijas e hijos en situación de violencia.
Además destacó la importancia de la lucha de las hermanas Mirabal en República Domicana y en especial que haya sido el movimiento de mujeres latinoamericano, en su primer encuentro feminista en 1981 que haya marcado la lucha de las mujeres contra la violencia de género.
Lily Rodríguez, del Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer (Cepam), expresó que el problema de la violencia contra las mujeres “no es solo de las mujeres, es un problema social que le corresponde a múltiples instancias enfrentarlo”. “El estado ecuatoriano tiene una deuda con las mujeres. El presupuesto para luchar contra la violencia a la mujer se rebaja cada vez y los recursos que existen, además llegan tarde.”, indicó.
Lorena Barba, de ONU Mujeres, presentó algunas estadísticas y datos sobre la violencia a las mujeres en el Ecuador.
Al finalizar el evento, Minuo Tavarez Mirabal, hija de Minerva, envió un mensaje a Ecuador a través de un vídeo en el que destacó la lucha de su madre y hermanas en favor de una vida libre para las mujeres y para República Dominacana. “Cuando salvamos a una mujer de la violencia de género, las hermanas Mirabal siguen vivas”, expresó al finalizar su mensaje desde la Casa Museo de las Hermanas Mirabal.
Milady Cuello de Cabral, embajadora de República Dominicana. De derecha a izquierda: Segundina Torres, embajadora de Bolivia; Nury Solís, embajadora de Costa Rica; Julia Isabel Escallón, ministra consejera de embajada de Colombia; Milady Cuello de Cabral, embajadora de República Dominicana y Rosario Gómez Santos, fundadora Casa de Refugio Matilde.
El pasado 25 de noviembre se publicaron los datos de la nueva Encuesta Nacional sobre Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres (Envigmu) que recoge datos actualizados sobre actos violentos que han experimentado mujeres ecuatorianas mayores a 15 años de edad.
Esta es una herramienta estadística que aporta a visibilizar la violencia contra las mujeres en nuestro país. Los datos completos se los puede obtener en esta presentación del Instituto de Estadísticas y Censos (INEC): Datos ENVIGMU 2019
Uno de los primeros datos que destacan en esta encuesta es: 65 de cada 100 mujeres en el Ecuador han experimentado por lo menos un hecho de algún tipo de violencia a lo largo de su vida. Este indicador nos dice que hay una alta prevalencia de violencia contra las mujeres en nuestro país. Y en los últimos 12 meses, según la encuesta, 32 de cada 100 mujeres han experimentado algún tipo de violencia.
También se destacan los datos obtenidos sobre los roles femeninos y masculinos. Uno de ellos muestra que 27 de cada 100 mujeres creen que una buena esposa debe obedecer a su esposo en todo lo que él ordene. Mientras que, 86 de cada 100 mujeres creen que tienen el mismo de derecho de trabajar y ganar dinero.
La encuesta incluye por primera vez a la violencia Gineco-Obstétrica y la diferenciación entre los ámbitos de investigación (en pareja, escolar, laboral, social y familia), basándose en lo establecido en la nueva Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres. La encuesta se aplicó a 20.848 viviendas del país en zonas rurales y urbanas.
Compartimos aquí algunos de los datos de esta investigación estadística proporcionados por el INEC:
El viernes 23 de noviembre la Fundación Casa de Refugio Matilde junto con la Red de Atención y Prevención del a Violencia Intrafamiliar (Rap Vif Sur) organizó un conversatorio denominado “Las Luchas Feministas frente al recrudecimiento de la violencia machista”.
El conversatorio se realizó en el mismo sur de Quito, en la Plataforma de Desarrollo Social en la zona de Quitumbe y contó con la participación de cerca de 80 personas, entre ellas lideresas del sur de Quito, miembros del personal del Hospital Enrique Garcés, de la Maternidad Luz Elena Arismendi, delegados y delegadas de las instituciones que forman parte de la Red Rap Vif.
Expusieron en la charla: Cristina Burneo, docente de la Universidad Andina Simón Bolívar; Natalia Sierra, docente de la facultad de Sociología de la Universidad Católica del Ecuador; Carla Sánchez, miembro del movimiento Vivas Nos Queremos y Francisco Hurtado, defensor y activista de los Derechos Humanos.
¿Por qué en el Sur de Quito? Para la Fundación Casa de Refugio Matilde fue importante generar este conversatorio en Quitumbe, una de las zonas con el mayor índice de violencia de género y de femicidios en Quito y todo el Ecuador.
El conversatorio resultó ser un espacio donde las y los expositores destacaron la importancia de que las mujeres estemos unidas frente al recrudecimiento de la violencia machista y de seguir en la lucha para que “el ser mujer no sea una tragedia en nuestra sociedad”, como expresó Natalia Sierra quien narró su testimonio como sobreviviente de violencia de género.
Pero también fue un espacio de esperanza, como lo dijo Andrea Tamayo, de la Fundación Casa de Refugio Matilde, al inicio del evento: “Este debate lo hemos propuesto frente al hecho de que la violencia machista se ha ido recrudeciendo, pero al mismo tiempo, también porque hay mucha esperanza en el sentido de que las mujeres seguimos luchando juntas”.
María Augusta Villa Viera de Surkuna, moderadora del panel, expresó que el feminismo es una crítica a la modernidad: “consideramos que la lucha feminista es el empoderamiento de las mujeres, es un deseo de transformar la realidad, por tanto las mujeres tenemos que alzar nuestra voz”.
Cristina Burneo inició su exposición: “Ya no está en debate que nos está matando todo el tiempo, que nuestras vidas están en peligro, que nuestra vidas están precarizadas, es algo que no está en debate, es algo que sucede permanentemente”.
Pero dijo que lo sí está en discusión es: “cómo podemos intervenir en nuestras condiciones de vida” y lanzó la propuesta: “si cada vez sabemos más del tema de violencia, en realidad lo que tenemos que hacer es más que un debate, es construir respuestas colectivas de cómo intervenir en las condiciones de vida”.
“Es muy fácil decir que hay que romper con la violencia, pero a veces estamos en situaciones en que no hay cómo, no es fácil romper las cadenas de violencia. Eso se llama recrudecimiento de la violencia machista cuando una mujer piensa en que puede decirle a su pareja que se quiere divorciar y eso resulta en amenaza de muerte, eso no debería pasar en el 2018”, dijo Cristina.
Y propuso la idea de preguntarnos “si las mujeres solas podemos modificar esas condiciones que cada vez se están volviendo más violentas, y solas es difícil, y la idea es trabajar colectivamente” porque, dijo, ante un estado que no le interesa apoyar los procesos de larga duración para frenar la violencia, la alternativa es “que las mujeres nos juntemos”. “Así si podemos intervenir, cuando las mujeres nos juntamos nos vamos dando cuenta de quienes somos, cuando no nos dicen quienes hay que ser. Todas conocemos estas historias de cada una de nuestras familias, nos damos cuenta de las violencias que hemos vivido y cómo podemos ir saliendo de eso”.
En ese sentido dijo que nos preguntemos “cómo amamos a los hombres en nuestras familias, porque la violencia tiene que ver con cómo estamos amando… son preguntas para ir trabajando en nuestros procesos, porque se cruzan nuestros afectos, de nuestras situaciones migratorias, si nos hemos desplazado, si tenemos empeeo, si somos económicamente dependientes”.
Terminó con la propuesta de pensar “cómo nos hacemos preguntas de colectivo que nos permitan pensar en cómo intervenir en nuestras propias vidas y no estar a merced del recrudecimiento de las formas de violencia machista”.
Francisco Hurtado, activista y defensor de los Derechos Humanos, expresó desde su posición de hombre: “nosotros como agentes que reproducimos esa violencia sea porque la ejercemos de manera violenta o porque nos volvemos cómplices, intelectualmente la empezamos a justificar con nuestra historia personal y los procesos violentos que vivimos desde cuando éramos niños, pero precisamente cuando nos empezamos a quedar en ese lugar y no nos preguntamos y qué hacemos frente a eso, es difícil salirnos naturalizarnos como seres violentos como hombres”.
“Nosotros tenemos agencia de cambio, si yo me quedara en el lugar de la violencia que mi padre ejerció contra mí, para explicar por qué yo respondo de ese modo, no estoy llevando a nada, no estamos dando una respuesta a ese recrudecimiento de la violencia, sino de todo lo contrario, en efecto somos capaces de empezar a dar pasos para intentar contener aquello que hemos reproducido desde pequeños y que luego sostenemos de maneras conscientes en contra de las mujeres”.
Así, dijo que “es fácil salir y decir el discurso que estoy diciendo y luego salir y hacer otra cosa. Creo que eso es lo más complejo que está sucediendo en estos momentos que podemos dar discursos bonitos y luego somos las personas violentas que ustedes están combatiendo”.
Natalia Sierra, docente de sociología, dejó de lado el discurso académico y narró su propia experiencia de vida como sobreviviente o sujeto de violencia de género y expresó un mensaje de fuerza y esperanza para las mujeres. “No voy a hablar desde la Universidad, estoy convenida que el primer paso para tratar de frenar esta violencia es el reconocimiento que una ha sido violentada y no desde el abstracto nosotros somos violentadas”.
Aquí su testimonio en primera persona: “Soy nieta de una mujer que fue empelada doméstica, en alguna de las casas de las familias ricas de Quito donde botaban la leche que sobraba y en la noche ella se escondía para recoger esa leche para llevarle a mi papá porque no le dejaban llevarse la leche que sobraba y recogía también las cáscaras de las frutas para llevarse a su casa. Luego ella entró a trabajar en la fábrica La internacional, para ella fue un logro pasar de ser de ser empleada a ser obrera, pero terminó enferma de los riñones, porque no podría ir al baño. Fue una madre soltera, sola crió a sus tres hijos. Esa es mi abuela. Mi madre era una campesina, del Oriente, salió a educarse a Quito, cuando llegó acá encontró una ciudad hostil, tuvo tres hijos. Yo soy la menor y cuando yo tenía 4 años, mi padre se fue, porque los padres se divorcian de los hijos, entonces se fue y le dejó a mi madre a cargo de los tres, con un sueldo de una profesora de escuela. Pero nos crió, como mi abuela crió a sus hijos, con ese sacrificio que la mujer está obligada a hacer. Ella siempre nos decía que lo único que uno no puede dejar pasar es la injusticia. Y nos criamos así. Por eso mi hermana mayor entró a tratar, no sé si equivocada o no, entró a tratar de cambiar las injusticias de un sistema patriarcal, capitalista y el estado la asesinó cuando tenía 22 años. Eso generó un drama para mi madre, la asesinaron a ella y a su esposo y mi madre se hizo cargo de un niño que dejaron. En ese proceso fui creciendo. También fui violentada por el Estado con las persecuciones a la familia. También fui golpeada por mi primera pareja, a los 20 años, no solo era una violencia emocional, psicológica que ya era bastante, sino también violencia física. Las mujeres que hemos sido golpeadas sabemos cómo es eso. También fui abusada sexualmente y seguí. Y además de otras cosas, abusos emocionales, las parejas nos ponen en el filo de la inseguridad emocional para poder manipularnos, que nos chantajean con el tema económico, con el tema social y uno sigue y más cuando uno tiene hijos. Luego como tuve una hija y esta sociedad es de hombres, viví la angustia de que si sale, qué le irá a pasar, que capaz que la violan, que la matan… porque las personas te dicen qué bueno que ha salido varón… pero no es bueno porque sea varón sino porque en una sociedad machista las mujeres siempre estamos vulneralizadas. Entonces tenía que llevarla, salir a verla, todo el tiempo sufrir por la hija. Así llegué ahora, tengo 50 años y descubrí algo que es lo que quiero compartir con ustedes, siempre he estado ligada a la lucha sociales: cuando se dice que se ha recrudecido la violencia, luego que una viene de mujeres que nos han sostenido, cuando he vivido la violencia que es herencia, la violencia que sufrió mi abuela, mi madre… me doy cuenta que no estuve sola , porque hay una red: logré salir adelante, no estoy hecha pedazos, no me volví alcohólica, no caí en las drogas y todo por una razón, que es que siempre que a pesar de todo lo que me pasó, no me quitaron nada a mí como dignidad, nada. Porque a veces nos revictimizamos porque asumimos que ya no somos algo, si nos pegaron, si nos violaron, si nos hicieron sentir que no servíamos para ser amadas, sentir que no me quitaron nada y empecé a pensar en eso. Sentí que mi dignidad estaba intacta y sentí que está más intacta cuando lograba entender que no era yo sola, porque a veces que solo a una le pasa y te sientes tan sola y tienes vergüenza de decir, cuando comprendes que hay otras mujeres a las que les pasa, más en los sectores populares porque así es el sistema. Entonces decidí pelear y no pelear solo con los agresores inmediatos porque sin parte de una estructura gigantesca decidí pelear contra ese sistema. Un sistema que al final se sienta sobre nosotras. Porque nosotras soportamos todos, porque en el fundamento del sistema estamos nosotras, siempre soportando todo. Uno dice ahí está nuestra dignidad, si nosotros no soportaríamos no habría vida, no había patriarcado, porque nosotras soportamos el patriarcado, el capitalismo… siento que a veces hay una complicidad con ese sistema. Esta historia a mí me duele mucho, no hablo mucho de esto. Ahora decidí hablar porque una tiene que aprender a decir yo he sido violentada de todas las formas posibles, pero he sido violentada. Y voy a seguir peleando. No sé si logre ver una sociedad donde ser mujer no signifique, pero me moriré peleando y eso es lo que me devuelve una y otra vez la dignidad, un lugar en este mundo. Yo vine a este mundo y a pesar de todo lo que me pasó sé que tengo algo que hacer en este mudo. Y ese algo es pensar que en algún momento nacer mujer no sea una tragedia que sea una de las cosas más bellas, decir que yo he tenido una hija mujer, esto también me devolvió la dignidad. Invitarles a cogernos las manos, no tener vergüenza de lo que nos han hecho, porque son los agresores tanto individuales como colectivos, como institucionales, los que tienen que bajar su cabeza, tener vergüenza y pedir perdón, no nosotras”.
Al finalizar, Carla Sánchez, miembro de la plataforma Vivas Nos Queremos convocó a la Marcha Nacional del siguiente día sábado 24 noviembre por el Día Internacional de la No Violencia a la Mujer.
“Vemos que lo que las violencias que vivimos no es algo individual y nos dimos cuenta que es un problema sistémico y no individual y la forma que podemos que podemos frenar esas violencias es de una forma colectiva”, ese fue el nacimiento de Vivas Nos Queremos con la convocatoria a la primera marcha en el 2016 con la idea de visibilizar “estas violencias que nos atraviesan a todas de una forma colectiva porque al mismo tiempo somos silenciadas como una forma de violencia, de manera histórica”.
En este año con la marcha se busca, dijo Karla, “visibilizar la violencia sexual, porque queremos romper el silencio, acompañarnos a quienes hemos vivido violencia sexual. Porque es una forma es darnos apoyo mutuo como siempre ha existido, hacer visible, desnaturalizar, que las sobrevivientes somos culpadas, es acompañarnos mutuamente”.
“La marcha para nosotras también tiene un objetivo muy importante de memoria de nuestra hermanas que ya no están, pero también de reparación. Que ésta reparación se da al activar colectivamente. Que juntas podamos hacer frente a lo que nos pasa a todas. Denunciamos en esta marcha la complicidad que existe del Estado y de la sociedad de estas violencias. Marchamos porque no tiene que ser así, porque el estado y la sociedad tienen que accionar de forma efectiva para prevenir la violencia”, indicó.
Además expresó que la marcha se realiza pensando en las generaciones futuras: “Creemos en una sociedad mejor para las mujeres y en que las que estamos y las que van a venir sea mejor, no tengan que pasar las violencias que pasamos las que estamos. Es importante por todos estos procesos de memoria y reparación. Es un proceso de esperanza, todas que estamos viviendo día a día estas violencias, somos personas que creemos en un mundo mejor, que tenemos mucha esperanza. Frente todo este proceso que hemos vivido históricamente el camino que es un camino que ha sido abierto por muchas mujeres antes, es lindo ver este proceso que hemos recorrido, que esta conciencia viene un poco tarde, nos caliente el corazón que las compañeras más jóvenes comienzan a tener esta conciencia”.
“Vemos que es una lucha colectiva, no individual, una lucha que colectivamente se hace más fuerte, resuena más, lo hacemos porque queremos seguridad que el día de mañana va a ser distinto para nosotras. Para que el día de mañana, las mujeres que vengan tengan una vida distinta de las que estamos ahora y las que nos precedieron”.
Texto: Lucila Donoso Fotos: Andrés Yépez
Las expositoras: (de dr a izq): Moderadora: María Augusta Villa Viera de Surkuna; Cristina Burneo, Carla Sánchez, Natalia Sierra y Francisco Hurtado. Natalia Sierra: “Invitarles a cogernos las manos, a no tener vergüenza de lo que nos han hecho, porque son los agresores tanto individuales como colectivos,como institucionales, los que tienen que bajar su cabeza, tener vergüenza y pedir perdón, no nosotras”.