Seguimos luchando por una vida libre de violencia de género
En noviembre, la Fundación Casa de Refugio Matilde reafirmó su compromiso en la lucha por la erradicación de la violencia de género. A través de una participación activa en diversos eventos conmemorativos y espacios de reflexión, nos sumamos a los 16 días de activismo por el 25 de noviembre, Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Marchamos por nuestros derechos
El 25 de noviembre, unimos nuestras voces a las del movimiento de mujeres de Quito. La marcha recorrió la ciudad, desde el edificio del Seguro Social hasta la Comandancia General de la Policía, pasando por puntos emblemáticos como la avenida América y la Mariana de Jesús. Alzamos la voz contra la violencia de género que, solo en 2024, ha cobrado la vida de 214 mujeres en Ecuador. ¡No estamos dispuestas a quedarnos calladas ante esta realidad!
Visibilizamos la lucha histórica
En la Feria organizada por la Red Rap VIF Sur, compartimos nuestro trabajo y los emprendimientos de nuestras usuarias. Recordamos también la historia de las hermanas Mirabal, íconos de resistencia, quienes inspiran la lucha por los derechos de las mujeres cada 25 de noviembre.
Construyendo alianzas desde el arte y el activismo
Estuvimos presentes en el Encuentro Nacional de Mujeres “Alto a la Violencia, Juntas nos Cuidamos” en la Asamblea Nacional del Ecuador. Nuestra trabajadora social participó en actividades artísticas que resaltaron la importancia de la sororidad en tiempos de crisis.
Difundiendo conocimiento y servicios
Durante noviembre, fortalecimos el diálogo en universidades, ferias y conversatorios * En la Feria Coexistir en Paz de la Universidad Central, dialogamos con estudiantes de Psicología sobre la prevención de la violencia.
*Rosario Gómez Santos, directora de la Fundación, fue parte de eventos clave como el conversatorio de Diario El Comercio para el lanzamiento del podcast “Esperanza” y el evento “Alza la voz contra la violencia: juntas y juntos hacemos historia” organizada por el Instituto de Investigación en Igualdad, Género y Derechos (INIGEG) donde expuso sobre el trabajo que realiza la Fundación y compartió con las ponentes: Cristina Cachaguay de Mujeres por el Cambio y Camila Aguirre de la Facultad de Artes UCE.
*En las charlas para el personal de salud en el Hospital Gineco Obstétrico Luz Elena Arismendi (HGONA), destacamos el importante rol de este sector en el apoyo a las mujeres que enfrentan violencia. El 27 y 28 de noviembre tuvimos la oportunidad de exponer en dos charlas en esa institución de salud, ubicada en el Sur de Quito, sobre la violencia de género, la ruta crítica que siguen las mujeres en la búsqueda de atención como víctimas de violencia y la importancia de los actores del sector salud en ser factores impulsores en esa ruta para que encuentre respuestas adecuadas que le ayuden a salir del ciclo.
Trabajamos en red
El 18 de noviembre, compartimos espacio con más de 30 organizaciones en la Feria de Servicios “16 días de voces”, en la que difundimos nuestros servicios. Asimismo, participamos en el Foro de Alto Nivel: fortaleciendo la institucionalidad de las mujeres en tiempos de crisis, organizado por ONU Mujeres y GIZ, entre otros.
Queremos agradecer a quienes nos extendieron estas invitaciones en este mes. Cada acción colectiva fortalece la lucha por un mundo donde ser mujer no sea un factor de riesgo. En la Fundación Casa de Refugio Matilde, seguiremos alzando la voz, porque este 25 de noviembre y todos los días, nadie nos calla.
Feria Coexistir en Paz en la Facultad de Sicología de la UCE Foto: cortesía FacultadVideo de la participación de la Trabajadora Social de la Fundación Casa de Refugio Matilde en el evento en la Asamblea Nacional por el 25 de noviembre. Foto: Iván Matute / Asamblea Nacional
Participación en la Feria de la Red de Atención y Prevención de la Violencia Intrafamiliar Red RAP VIF SUR. Con vacunación simbólica contra la violencia de género.
Participación en dos charlas a personal de salud en el Hospital Gineco Obstétrico Luz Elena Arismendi (HGONA)
Feria de Servicios “16 días de voces” 18 de noviembre en la Plataforma Gubernamental.
Rosario Gómez en el conversatorio de lanzamiento de podcast del Diario El Comercio.
Fotos: Diego Pallero/ El Comercio
Foro de Alto Nivel: fortaleciendo la institucionalidad de las mujeres en tiempos de crisis, organizado por ONU Mujeres y GIZ, entre otros.
Foro INIGED en la Universidad Central del Ecuador: Alza la voz contra la violencia: juntas y juntos hacemos historia
Este 8 de marzo Día Internacional de la Mujer participamos en la marcha convocada por las colectivas y organizaciones de mujeres y disidencias en Quito.
La marcha inició en la sede principal del Seguro Social, en la avenida 10 de Agosto, frente al parque El Ejido, recorrió hasta el centro histórico de la capital y llegó hasta la plaza de San Francisco donde se realizó un evento conmemorativo.
A nivel interno, lo conmemoramos con una actividad con usuarias y exusuarias para realizar carteleres, pañuelos con mensajes contra la violencia a las mujeres.
El 8 de marzo nos brinda la ocasión de recordar las batallas de innumerables mujeres en diferentes partes del mundo por alcanzar una sociedad más equitativa y justa. Este día nos invita a reconocer los logros obtenidos y a ser conscientes de que aún queda mucho por hacer.
Es un momento que reta a hombres y mujeres a reinventarnos y a crear nuevas formas de seguir luchando tanto a nivel personal como colectivo por un mundo mejor.
También suscribimos un convenio de forma simbólica con el Gobierno Parraoquial Rural de Tambillo para realizar un proceso de capacitación y sensibilización para prevenir la violencia de género.
El miércoles 29 de noviembre de 2023 se llevó a cabo una marcha en el sur de Quito por el 25 de Noviembre día internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
La marcha fue convocada y organizada por las organizaciones que forman parte de la Red de Atención y Prevención de la Violencia Intrafamiliar en el Sur de Quito (RED RAP VIF SUR), entre ellas la Fundación Casa de Refugio Matilde.
En este año se buscó retomar la importancia del trabajo en red y visibilizar la lucha contra la violencia de género en el sur de Quito. Se realizó también con la finalidad de volver a posicionar en el sur de la capital la posibilidad de estas expresiones públicas.y llegar con el mensaje de la lucha contra la violencia de género en este sector de la ciudad.
La marcha inició en el parque de Turubamba y recorrió varias calles y avenidas hasta llegar a la Plataforma de lo Social donde se entregó un manifiesto a representantes de los ministerios de Inclusión Económica y Social, de Salud, Registro Civil y al director de la Unidad Judicial.
Al pasar por la Unidad Judicial se apoyó a la familia de Paola Ortega que realizaba un plantón en las afueras donde se llevaba a cabo una audiencia por el femicidio.
El sábado 25 de noviembre en Quito salimos a las calles para unirnos a la marcha convocada por el movimiento de mujeres por el Día Mundial de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
La situación de violencia contra las mujeres es aterradora: en los primeros once meses de 2023, 277 mujeres fueron asesinadas por razones de género en Ecuador, según cifras recolectadas por la Alianza Feminista para el Mapeo de los Femicidios en Ecuador. El corte es hasta el 15 de noviembre de este año.
Salimos desde el arco del parque El Ejido en la calle Patria y avanzamos hasta la plaza de Santo Domingo con miles de mujeres en toda la diversidad para rechazar la guerra que vivimos contra la s mujeres no solo en Ecuador, sino en el resto del mundo.
Compartimos el texto de la convocatoria de la marcha y el afiche:
Este 25N mujeres y disidencias de todo el país nos movilizamos; en alianza transfeminista, antirracista, anticapitalista y anticolonial. Accionamos en contra de la guerra en Palestina y en todo el mundo porque lo que estamos viviendo actualmente no puede ser denominado de otra forma.
Vivimos una guerra en la que las cuerpas feminizadas, de las mujeres, disidencias, de las personas racializadas, de lxs de abajo son puestos como carne de cañon por las mafias, en alianza con el narcoestado. Nos enfrentamos a una realidad sin precedentes, frente a la cual nos reconocemos en luto, dolidxs y rabiosxs. También sabemos que esta realidad hace aún más necesaria la juntanza entre nosotrxs porque VivasNosQueremos y no descansaremos hasta que la dignidad se haga costumbre.
Este 8 de marzo Día Internacional de la Mujer lo conmemoramos de varias maneras con el equipo de la Fundación, con el movimiento de mujeres y con las mujeres víctimas y sobrevivientes de violencia y sus hijas e hijos del albergue.
El mismo miércoles 8 de marzo participamos en la tarde en la masiva marcha en Quito que se inició en la Universidad Central y llegó hasta el parque del Arbolito pasando por San Blas.
Marchamos miles de mujeres en el Ecuador y el mundo para seguir exigiendo nuestros derechos a una vida digna y libre de violencias, a ser escuchadas y alzar nuestra voz por las que fueron calladas.
A nivel interno también conmemoramos el 8 de marzo con el equipo de profesionales y las mujeres víctimas y sobrevivientes de violencia de género con sus hijas e hijos en el albergue de la Fundación. Realizamos un taller para profundizar sobre la importancia de “conmemorar” y no “celebrar” este día, de lo que exigimos como mujeres y observamos un video sobre las marchas en el país. Luego, las mujeres realizaron carteles con consignas que luego los llevamos a la marcha con el objetivo de visibilizar sus demandas.
Adicionalmente, el viernes 24 de marzo participamos en la Feria Ciudadana “Tenemos derecho a una vida sin violencia” organizada por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, en la plataforma gubernamental en Quitumbe, en el sur de Quito.
En el evento, en el que tuvimos un stand de la Fundación Casa de Refugio Matilde, aprovechamos para entregar un reconocimiento al Movimiento de Mujeres de El Oro (MMO) por su importante lucha en favor de los derechos de las mujeres no solo de esa provincia de la costa de nuestro país, sino también de todo el Ecuador, ya que ahora tres mujeres de esa organización se encuentran en puestos de decisión en instituciones públicas con injerencia a nivel nacional.
Entregamos un regalo y material de la Fundación Casa Matilde a tres compañeras del Movimiento de Mujeres del Oro: Gina Aguilar Ochoa, presidenta del Consejo de Participación Ciudadana; a Rosa López Machuca, asesora de la presidenta del mismo Consejo y a Melisa de la Cruz, coordinadora nacional de género del Consejo de la Judicatura.
Que cada 8 de marzo nos permita recordar las luchas de miles de mujeres desde muchos lugares por lograr un mundo más equitativo y justo, reconocer que hay avances, así como tener presente que hay mucho todavía por hacer.
Este día es una oportunidad que desafía a hombres y mujeres a reinventarnos y reinventar formas para seguir luchando de manera individual y colectiva por una mejor sociedad.
De izquierda a derecha: Gina Aguilar Ochoa, presidenta del CPCSS, Rosa López, asesora CPCSS y Rosario Gómez Santos presidenta de la Fundación Matilde. Foto: cortesía CPCSSCarteles elaborados por las usuarias del albergue de la Fundación Casa de Refugio Matilde
La Fundación Casa Matilde, por el día 25 de noviembre, Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, organizó el miércoles 23, un evento de conmemoración con la presencia de la señora embajajadora de República Dominicana en Ecuador, Milady Cuello de Cabral.
Contamos con la presencia de autoridades y representantes de la Secretaría de Derechos Humanos, del Centro de Salud de Chillogallo y delegadas de la organización Lideresas del Sur de Quito. También participaron delegadas del Programa Mundial de Alimentos, organización con quien hemos trabajado en este año, lideresas del Sur de Quito y amigas cercanas a la Casa Matilde.
En el evento además recordamos a las hermanas Mirabal de República Dominicana “Las mariposas” y su lucha. Colocamos varias mariposas en todo el espacio donde se realizó el programa.
En días anteriores al 25 de noviembre, parte del equipo de la Fundación participó en el plantón del 16 de noviembre frente a la Fiscalía General del Estado para acompañar al Movimiento de Mujeres de El Oro a la reunión que se mantuvo con funcionarios de esa instancia estatal para dar seguimiento a los juicios de femicidio de esta provincia.
La Casa Matilde también estuvo presente en el encuentro organizado por la Prefectura de Pichincha con representantes de las diferentes organizaciones, colectivas y grupos que trabajan por los derechos de las mujeres. Y en el evento por el 25 de Noviembre en la zona Quitumbre donde la Prefectura entregó varios reconocimientos así como el premio Dolores Cacuango recibido en el 2021 por la Fundación Casa Matilde.
Además, el mismo viernes 25 de noviembre participamos en la Feria Co-Existir en Paz organizada por la Facultad de Ciencias Psicológicas de la Universidad Central.
La Feria también se realizó de manera virtual con la difusión de información a través de la página web de la Facultad de Psicología: https://www.uce.edu.ec/web/fcp
En la Feria tuvimos la oportunidad de difundir el trabajo que realizamos en favor de una vida libre de violencia de género.
El 25 de noviembre, por la tarde, parte del equipo de Casa Matilde participamos en la marcha en Quito convocada por varias organizaciones que trabajan por los derechos de las mujeres.
La marcha inició en el parque El Ejido, en el arco ubicado en la avenida Patria y avanzó hasta la plaza de Santo Domingo en el Centro Histórico de Quito.
En 1990 la Casa de Refugio Matilde se creó por una presión del movimiento de mujeres del Ecuador frente al estado. Seguimos siendo parte y retroalimentándonos mutuamente para no reroceder en las conquistas logradas.
¡Por una vida libre de violencia de género, seguimos luchando juntas!
El pasado 23 de noviembre participamos en la marcha Vivas Nos Queremos en conmemoración del 25 de noviembre, Día Mundial por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Queremos una vida libre de violencia para las mujeres, niñas, adolescentes, adultas, adultas mayores.
Marchamos desde el parque El Ejido, por toda la calle 10 de Agosto hasta la plaza de San Blas en el ingreso al centro histórico de Quito y luego de regreso al parque de El Arbolito donde se desarrolló un evento artístico.
“Ahora que estamos juntas, ahora que si nos ven, abajo el patriarcado se va a caer, se va a caer”
La Fundación Casa de Refugio Matilde estuvo presente en la pasada marcha del 8 de marzo del 2019 en Quito donde nos unimos al grito de rechazo contra la violencia a la mujer y por el respeto de nuestros derechos.
El viernes 23 de noviembre la Fundación Casa de Refugio Matilde junto con la Red de Atención y Prevención del a Violencia Intrafamiliar (Rap Vif Sur) organizó un conversatorio denominado “Las Luchas Feministas frente al recrudecimiento de la violencia machista”.
El conversatorio se realizó en el mismo sur de Quito, en la Plataforma de Desarrollo Social en la zona de Quitumbe y contó con la participación de cerca de 80 personas, entre ellas lideresas del sur de Quito, miembros del personal del Hospital Enrique Garcés, de la Maternidad Luz Elena Arismendi, delegados y delegadas de las instituciones que forman parte de la Red Rap Vif.
Expusieron en la charla: Cristina Burneo, docente de la Universidad Andina Simón Bolívar; Natalia Sierra, docente de la facultad de Sociología de la Universidad Católica del Ecuador; Carla Sánchez, miembro del movimiento Vivas Nos Queremos y Francisco Hurtado, defensor y activista de los Derechos Humanos.
¿Por qué en el Sur de Quito? Para la Fundación Casa de Refugio Matilde fue importante generar este conversatorio en Quitumbe, una de las zonas con el mayor índice de violencia de género y de femicidios en Quito y todo el Ecuador.
El conversatorio resultó ser un espacio donde las y los expositores destacaron la importancia de que las mujeres estemos unidas frente al recrudecimiento de la violencia machista y de seguir en la lucha para que “el ser mujer no sea una tragedia en nuestra sociedad”, como expresó Natalia Sierra quien narró su testimonio como sobreviviente de violencia de género.
Pero también fue un espacio de esperanza, como lo dijo Andrea Tamayo, de la Fundación Casa de Refugio Matilde, al inicio del evento: “Este debate lo hemos propuesto frente al hecho de que la violencia machista se ha ido recrudeciendo, pero al mismo tiempo, también porque hay mucha esperanza en el sentido de que las mujeres seguimos luchando juntas”.
María Augusta Villa Viera de Surkuna, moderadora del panel, expresó que el feminismo es una crítica a la modernidad: “consideramos que la lucha feminista es el empoderamiento de las mujeres, es un deseo de transformar la realidad, por tanto las mujeres tenemos que alzar nuestra voz”.
Cristina Burneo inició su exposición: “Ya no está en debate que nos está matando todo el tiempo, que nuestras vidas están en peligro, que nuestra vidas están precarizadas, es algo que no está en debate, es algo que sucede permanentemente”.
Pero dijo que lo sí está en discusión es: “cómo podemos intervenir en nuestras condiciones de vida” y lanzó la propuesta: “si cada vez sabemos más del tema de violencia, en realidad lo que tenemos que hacer es más que un debate, es construir respuestas colectivas de cómo intervenir en las condiciones de vida”.
“Es muy fácil decir que hay que romper con la violencia, pero a veces estamos en situaciones en que no hay cómo, no es fácil romper las cadenas de violencia. Eso se llama recrudecimiento de la violencia machista cuando una mujer piensa en que puede decirle a su pareja que se quiere divorciar y eso resulta en amenaza de muerte, eso no debería pasar en el 2018”, dijo Cristina.
Y propuso la idea de preguntarnos “si las mujeres solas podemos modificar esas condiciones que cada vez se están volviendo más violentas, y solas es difícil, y la idea es trabajar colectivamente” porque, dijo, ante un estado que no le interesa apoyar los procesos de larga duración para frenar la violencia, la alternativa es “que las mujeres nos juntemos”. “Así si podemos intervenir, cuando las mujeres nos juntamos nos vamos dando cuenta de quienes somos, cuando no nos dicen quienes hay que ser. Todas conocemos estas historias de cada una de nuestras familias, nos damos cuenta de las violencias que hemos vivido y cómo podemos ir saliendo de eso”.
En ese sentido dijo que nos preguntemos “cómo amamos a los hombres en nuestras familias, porque la violencia tiene que ver con cómo estamos amando… son preguntas para ir trabajando en nuestros procesos, porque se cruzan nuestros afectos, de nuestras situaciones migratorias, si nos hemos desplazado, si tenemos empeeo, si somos económicamente dependientes”.
Terminó con la propuesta de pensar “cómo nos hacemos preguntas de colectivo que nos permitan pensar en cómo intervenir en nuestras propias vidas y no estar a merced del recrudecimiento de las formas de violencia machista”.
Francisco Hurtado, activista y defensor de los Derechos Humanos, expresó desde su posición de hombre: “nosotros como agentes que reproducimos esa violencia sea porque la ejercemos de manera violenta o porque nos volvemos cómplices, intelectualmente la empezamos a justificar con nuestra historia personal y los procesos violentos que vivimos desde cuando éramos niños, pero precisamente cuando nos empezamos a quedar en ese lugar y no nos preguntamos y qué hacemos frente a eso, es difícil salirnos naturalizarnos como seres violentos como hombres”.
“Nosotros tenemos agencia de cambio, si yo me quedara en el lugar de la violencia que mi padre ejerció contra mí, para explicar por qué yo respondo de ese modo, no estoy llevando a nada, no estamos dando una respuesta a ese recrudecimiento de la violencia, sino de todo lo contrario, en efecto somos capaces de empezar a dar pasos para intentar contener aquello que hemos reproducido desde pequeños y que luego sostenemos de maneras conscientes en contra de las mujeres”.
Así, dijo que “es fácil salir y decir el discurso que estoy diciendo y luego salir y hacer otra cosa. Creo que eso es lo más complejo que está sucediendo en estos momentos que podemos dar discursos bonitos y luego somos las personas violentas que ustedes están combatiendo”.
Natalia Sierra, docente de sociología, dejó de lado el discurso académico y narró su propia experiencia de vida como sobreviviente o sujeto de violencia de género y expresó un mensaje de fuerza y esperanza para las mujeres. “No voy a hablar desde la Universidad, estoy convenida que el primer paso para tratar de frenar esta violencia es el reconocimiento que una ha sido violentada y no desde el abstracto nosotros somos violentadas”.
Aquí su testimonio en primera persona: “Soy nieta de una mujer que fue empelada doméstica, en alguna de las casas de las familias ricas de Quito donde botaban la leche que sobraba y en la noche ella se escondía para recoger esa leche para llevarle a mi papá porque no le dejaban llevarse la leche que sobraba y recogía también las cáscaras de las frutas para llevarse a su casa. Luego ella entró a trabajar en la fábrica La internacional, para ella fue un logro pasar de ser de ser empleada a ser obrera, pero terminó enferma de los riñones, porque no podría ir al baño. Fue una madre soltera, sola crió a sus tres hijos. Esa es mi abuela. Mi madre era una campesina, del Oriente, salió a educarse a Quito, cuando llegó acá encontró una ciudad hostil, tuvo tres hijos. Yo soy la menor y cuando yo tenía 4 años, mi padre se fue, porque los padres se divorcian de los hijos, entonces se fue y le dejó a mi madre a cargo de los tres, con un sueldo de una profesora de escuela. Pero nos crió, como mi abuela crió a sus hijos, con ese sacrificio que la mujer está obligada a hacer. Ella siempre nos decía que lo único que uno no puede dejar pasar es la injusticia. Y nos criamos así. Por eso mi hermana mayor entró a tratar, no sé si equivocada o no, entró a tratar de cambiar las injusticias de un sistema patriarcal, capitalista y el estado la asesinó cuando tenía 22 años. Eso generó un drama para mi madre, la asesinaron a ella y a su esposo y mi madre se hizo cargo de un niño que dejaron. En ese proceso fui creciendo. También fui violentada por el Estado con las persecuciones a la familia. También fui golpeada por mi primera pareja, a los 20 años, no solo era una violencia emocional, psicológica que ya era bastante, sino también violencia física. Las mujeres que hemos sido golpeadas sabemos cómo es eso. También fui abusada sexualmente y seguí. Y además de otras cosas, abusos emocionales, las parejas nos ponen en el filo de la inseguridad emocional para poder manipularnos, que nos chantajean con el tema económico, con el tema social y uno sigue y más cuando uno tiene hijos. Luego como tuve una hija y esta sociedad es de hombres, viví la angustia de que si sale, qué le irá a pasar, que capaz que la violan, que la matan… porque las personas te dicen qué bueno que ha salido varón… pero no es bueno porque sea varón sino porque en una sociedad machista las mujeres siempre estamos vulneralizadas. Entonces tenía que llevarla, salir a verla, todo el tiempo sufrir por la hija. Así llegué ahora, tengo 50 años y descubrí algo que es lo que quiero compartir con ustedes, siempre he estado ligada a la lucha sociales: cuando se dice que se ha recrudecido la violencia, luego que una viene de mujeres que nos han sostenido, cuando he vivido la violencia que es herencia, la violencia que sufrió mi abuela, mi madre… me doy cuenta que no estuve sola , porque hay una red: logré salir adelante, no estoy hecha pedazos, no me volví alcohólica, no caí en las drogas y todo por una razón, que es que siempre que a pesar de todo lo que me pasó, no me quitaron nada a mí como dignidad, nada. Porque a veces nos revictimizamos porque asumimos que ya no somos algo, si nos pegaron, si nos violaron, si nos hicieron sentir que no servíamos para ser amadas, sentir que no me quitaron nada y empecé a pensar en eso. Sentí que mi dignidad estaba intacta y sentí que está más intacta cuando lograba entender que no era yo sola, porque a veces que solo a una le pasa y te sientes tan sola y tienes vergüenza de decir, cuando comprendes que hay otras mujeres a las que les pasa, más en los sectores populares porque así es el sistema. Entonces decidí pelear y no pelear solo con los agresores inmediatos porque sin parte de una estructura gigantesca decidí pelear contra ese sistema. Un sistema que al final se sienta sobre nosotras. Porque nosotras soportamos todos, porque en el fundamento del sistema estamos nosotras, siempre soportando todo. Uno dice ahí está nuestra dignidad, si nosotros no soportaríamos no habría vida, no había patriarcado, porque nosotras soportamos el patriarcado, el capitalismo… siento que a veces hay una complicidad con ese sistema. Esta historia a mí me duele mucho, no hablo mucho de esto. Ahora decidí hablar porque una tiene que aprender a decir yo he sido violentada de todas las formas posibles, pero he sido violentada. Y voy a seguir peleando. No sé si logre ver una sociedad donde ser mujer no signifique, pero me moriré peleando y eso es lo que me devuelve una y otra vez la dignidad, un lugar en este mundo. Yo vine a este mundo y a pesar de todo lo que me pasó sé que tengo algo que hacer en este mudo. Y ese algo es pensar que en algún momento nacer mujer no sea una tragedia que sea una de las cosas más bellas, decir que yo he tenido una hija mujer, esto también me devolvió la dignidad. Invitarles a cogernos las manos, no tener vergüenza de lo que nos han hecho, porque son los agresores tanto individuales como colectivos, como institucionales, los que tienen que bajar su cabeza, tener vergüenza y pedir perdón, no nosotras”.
Al finalizar, Carla Sánchez, miembro de la plataforma Vivas Nos Queremos convocó a la Marcha Nacional del siguiente día sábado 24 noviembre por el Día Internacional de la No Violencia a la Mujer.
“Vemos que lo que las violencias que vivimos no es algo individual y nos dimos cuenta que es un problema sistémico y no individual y la forma que podemos que podemos frenar esas violencias es de una forma colectiva”, ese fue el nacimiento de Vivas Nos Queremos con la convocatoria a la primera marcha en el 2016 con la idea de visibilizar “estas violencias que nos atraviesan a todas de una forma colectiva porque al mismo tiempo somos silenciadas como una forma de violencia, de manera histórica”.
En este año con la marcha se busca, dijo Karla, “visibilizar la violencia sexual, porque queremos romper el silencio, acompañarnos a quienes hemos vivido violencia sexual. Porque es una forma es darnos apoyo mutuo como siempre ha existido, hacer visible, desnaturalizar, que las sobrevivientes somos culpadas, es acompañarnos mutuamente”.
“La marcha para nosotras también tiene un objetivo muy importante de memoria de nuestra hermanas que ya no están, pero también de reparación. Que ésta reparación se da al activar colectivamente. Que juntas podamos hacer frente a lo que nos pasa a todas. Denunciamos en esta marcha la complicidad que existe del Estado y de la sociedad de estas violencias. Marchamos porque no tiene que ser así, porque el estado y la sociedad tienen que accionar de forma efectiva para prevenir la violencia”, indicó.
Además expresó que la marcha se realiza pensando en las generaciones futuras: “Creemos en una sociedad mejor para las mujeres y en que las que estamos y las que van a venir sea mejor, no tengan que pasar las violencias que pasamos las que estamos. Es importante por todos estos procesos de memoria y reparación. Es un proceso de esperanza, todas que estamos viviendo día a día estas violencias, somos personas que creemos en un mundo mejor, que tenemos mucha esperanza. Frente todo este proceso que hemos vivido históricamente el camino que es un camino que ha sido abierto por muchas mujeres antes, es lindo ver este proceso que hemos recorrido, que esta conciencia viene un poco tarde, nos caliente el corazón que las compañeras más jóvenes comienzan a tener esta conciencia”.
“Vemos que es una lucha colectiva, no individual, una lucha que colectivamente se hace más fuerte, resuena más, lo hacemos porque queremos seguridad que el día de mañana va a ser distinto para nosotras. Para que el día de mañana, las mujeres que vengan tengan una vida distinta de las que estamos ahora y las que nos precedieron”.
Texto: Lucila Donoso Fotos: Andrés Yépez
Las expositoras: (de dr a izq): Moderadora: María Augusta Villa Viera de Surkuna; Cristina Burneo, Carla Sánchez, Natalia Sierra y Francisco Hurtado. Natalia Sierra: “Invitarles a cogernos las manos, a no tener vergüenza de lo que nos han hecho, porque son los agresores tanto individuales como colectivos,como institucionales, los que tienen que bajar su cabeza, tener vergüenza y pedir perdón, no nosotras”.
En este 2018, por el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer como Fundación Casa de Refugio Matilde ratificamos nuestro compromiso por la defensa de los derechos de las mujeres, de los niños y de las niñas y de los adolescentes. Además convocamos a toda la sociedad a unirse al activismo para lograr cambios en favor de las mujeres porque AHORA ES EL MOMENTO.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) se ha sumado a la celebración del 8 de marzo a nivel mundial con una campaña bajo el lema: “Ahora es el momento: las activistas rurales y urbanas transforman la vida de las mujeres”.
“El Día Internacional de la Mujer es un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios y celebrar la valentía y la determinación de mujeres de a pie que ha jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades”, indican en la página oficial por el Día de la Mujer.
“La celebración de 2018 se suma a un movimiento mundial sin precedentes por los derechos, la igualdad y la justicia de las mujeres. El acoso sexual, la violencia y la discriminación contra las mujeres han acaparado los titulares y el discurso público, con una creciente determinación a favor del cambio”.
Como Fundación Casa de Refugio Matilde destacamos que las Naciones Unidas en este día rinda homenaje a “las activistas que que trabajan sin descanso defendiendo los derechos de las mujeres y animando a las mujeres a que se desarrollen plenamente”.
De manera específica las Naciones Unidas quiere llamar la atención sobre los derechos y el activismo de las mujeres rurales, “que constituyen más de un cuarto de la población mundial y la mayoría del 43 por ciento de las mujeres que se dedican a la agricultura en el mundo. Labran la tierra, plantan las semillas que alimentan a sus comunidades. Sin embargo, en casi todos los aspectos del desarrollo, debido a las arraigadas desigualdades y discriminación por razones de género, las mujeres rurales viven en peores condiciones que los hombres rurales o las mujeres urbanas. Las mujeres rurales y sus organizaciones tienen un enorme potencial y se están moviendo para reclamar sus derechos y mejorar sus medios de vida y su bienestar”.
LA ONU HACE EL LLAMADO: “El 8 de marzo, únete a las activistas de todo el mundo, aprovecha el momento, y pon de tu parte para transformar las vidas de las mujeres allí donde se encuentren. ¡Ahora es el momento!”
HISTORIA DEL 8 DE MARZO:
La historia más conocida y difundida sobre la conmemoración del 8 de marzo hace referencia a los hechos que sucedieron en esa fecha del año 1908, donde murieron calcinadas 146 mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva York en un incendio provocado por las bombas incendiarías que les lanzaron ante la negativa de abandonar el encierro en el que protestaban por los bajos salarios y las infames condiciones de trabajo que padecían.
También se reconoce como antecedente a las manifestaciones protagonizadas por obreras textiles el 8 de marzo de 1957, también en Nueva York.
El Día Internacional de la Mujer Trabajadora, también llamado Día Internacional de la Mujer debido la decisión de la ONU de institucionalizarlo en 1975, conmemora la lucha de la mujer por su participación, por que se cumplan sus derechos y en su desarrollo íntegro como persona.
La primera celebración del Día Internacional de la Mujer tuvo lugar el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, y su conmemoración se ha venido extendiendo, desde entonces, a numerosos países.
En 1972 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró 1975 Año Internacional de la Mujer y en 1977 invitó a todos los Estados a declarar, conforme a sus tradiciones históricas y costumbres nacionales, un día como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.
El 8 de marzo de 2011 se celebró el primer “Día Internacional de la Mujer de las Naciones Unidas” para ONU Mujeres, entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer, creada por la Asamblea General de la ONU el 2 de julio de 2010. Así mismo da cuenta de la cronología e historia de este día. (información adaptada de Wikipedia)
Como Fundación Casa de Refugio Matilde consideramos que es importante luchar por la situación de las mujeres en cada uno de nuestros países, en este caso en Ecuador y también en todos los países de América Latina.
Ahora es el momento de unirnos hombres y mujeres para lograr cambios en nuestra sociedad en favor de los derechos de las mujeres. Desde los ámbitos públicos y también en el ámbito privado, en la vida cotidiana de cada una-o de nosotros.
¿Cómo participar?
En Ecuador puedes unirte a la serie de actividades previas al 8 de marzo que se están organizando desde la plataforma Vivas Nos Queremos que ya organizó junto con otros colectivos, varios eventos y marcha en el pasado 25 de noviembre de 2017.
Puedes ver todos los eventos, que incluyen cicleada, cines foros y otros en este enlace de Facebook: Vivas Nos Queremos Ecuador
Y el mismo 8 de marzo puedes asistir al PARO POR EL 8 de MARZO y suspender tus actividades y participar en el CACEROLAZO en las afueras del Ministerio del Trabajo en Quito desde las 14 horas.
Nosotras paramos Ecuador este 8 de marzo. Únete al cacerolazo en las afueras del Ministerio del Trabajo en #Quito desde las 14 horas. #InternacionalFeminista #2018M
Desde hoy mismo puedes hacer cambios desde donde te encuentres, en tu hogar, en tu lugar de trabajo, entre tu red de amistades, en tu barrio. Aquí te dejamos algunos blogs con buenas ideas:
En este 25 de noviembre de 2017, la Fundación Casa de Refugio Matilde, destacamos la participación de la sociedad civil para exigir políticas públicas concretas y efectivas para prevenir, atender y reparar las consecuencias de la violencia contra la mujer.
Porque, como expresa Rosario Gómez Santos, fundadora de la Casa de Refugio Matilde, “no basta con hacer retórica, crónica roja, prensa amarillista, politiquería, clientelismo barato, con temas tan complejos y dolorosos como la violencia contra las mujeres”.
En ese sentido, Matilde Hidalgo de Procel, la precursora de las luchas a favor de los derechos de las mujeres en Ecuador y por quien lleva su nombre nuestra fundación, dijo en 1912 en su poema “El deber de la mujer”: “Mas, la vida necesita de combate y de fiereza, de buen valor y destreza, que no basta con rezar”.
En este año hemos decidido participar en la marcha “Vivas nos Queremos” siguiendo lo escrito por Matilde Hidalgo, porque creemos que la sociedad civil, es decir aquel conglomerado que le pone distancia a la estructura formal del Estado, es el poder y la fuerza real de una sociedad que reclama cambios, que se levanta a defender la vida de su población, de las mujeres, de los niños y niñas.
Esta sociedad civil, cuando se expresa organizadamente, es porque tiene conciencia de los problemas que le afecta, como el de la violencia contra la mujer, porque va creciendo en conocimiento y descubriendo que en la base de muchos de los problemas sociales está la violencia de género.
Marchamos este 25 de noviembre, explica Rosario Gómez Santos, porque la violencia contra las mujeres afecta no sólo a ella, sino a su grupo familiar, a su barrio, a su ciudad y a su país. “Porque si las mujeres somos el 52% de la población, quiere decir que la sociedad está perdiendo la energía de esta mitad de su población, porque está disminuida, oprimida, humillada, violentada y muerta”.
Pero sobretodo, esta conmemoración, es para incorporar en nuestra vida cotidiana, cambios profundos y efectivos en las concepciones y costumbres patriarcales y machistas. Esas concepciones que se expresan, a veces, sin pensarlo en chistes, cachos, piropos, discriminaciones de todo tipo para las mujeres y para lo femenino.
En la Fundación Casa de Refugio de Matilde desde 1990 (hace 27 años) trabajamos para la atención de mujeres, niñas, niños adolescentes afectados por la violencia de género, con la finalidad de que puedan hacer un pare a la violencia, empoderarse de su vida, en el convencimiento y ejercicio del derecho a una vida libre de violencia.
Desde su creación la Fundación Casa de Refugio Matilde, cada 25 de Noviembre, recuerda con diversos tipos de eventos, la muerte de las tres hermanas Mirabal de República Dominicana. Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, también conocidas como “Las Mariposas” que fueron asesinadas brutalmente por el régimen del tirano Rafael Leonidas Trujillo, el 25 de noviembre del año 1960 porque junto con amigos, familiares militaban en contra de las injusticias del dictador.
Con esta conmemoración nos unimos a los cientos y miles de mujeres de nuestra región y ahora de todo el mundo, para decir basta a la violencia contra las mujeres, para exigir políticas públicas para prevenir, atender y reparar las consecuencias de este delito.
Si miramos treinta años atrás y los comparamos con el momento actual podemos decir que hemos avanzado en visualizar la violencia contra la mujer, en demandar políticas públicas, servicios y normativa legal para dar una mejor respuesta a esta problemática. Se han logrado avances tan significativos como la incorporación del enfoque de género en la Constitución, y el derecho para hombres y mujeres a tener una vida sin violencia en el ámbito público y en el ámbito privado.
Pero, en esta búsqueda y lucha contra la violencia, no basta el que hayamos priorizado la respuesta judicial, legal. Indudablemente no hay que dejar en la impunidad estos delitos, (medidas necesarias para reparar a las víctimas y a la sociedad) pero a la violencia hay que atenderla, atacarla, como se previene una enfermedad, desde cuando aparecen los primeros síntomas, reconociendo y trabajando sobre sus causas más profundas y cotidianas.
En estos 30 o 40 años de trabajo en favor de los derechos de las mujeres, poco se han desarrollado políticas para prevenir y erradicar la violencia, es decir, acciones que promuevan cambios en la estructura social y cultural de las relaciones de género, de lo que significa ser mujer y hombre, del respeto a las diversidades de género, sexo, etnia, edad, situación socio-económica, de discapacidades, y otras diferencias existentes.
“Es necesario desarrollar mayor creatividad para experimentar nuevas y certeras estrategias metodológicas, para hacer de esta lucha contra la violencia, una tarea colectiva, de grupos familiares, de comunidades, de organizaciones populares, de instituciones públicas y privadas, de toda la sociedad”, afirma Rosario Gómez Santos.