Vídeo explicativo Ciclo de la Violencia

¿Conoces el ciclo de la violencia de la mujer?

El Ciclo de la Violencia hace referencia al ciclo  o círculo que las víctimas de violencia de género, viven respecto de su agresor.

En la Fundación Casa de Refugio Matilde hemos constatado el planteamiento escrito por Lenore E. Walker una psicóloga norteamericana, que en su obra “The Battered Woman” de 1979, escribe sobre el “Ciclo de la Violencia”. 

Según Walker, este ciclo esta compuesto por 3 fases que ese repiten una y otra vez:

(Tomado del libro Un lugar para pensar en mí, en tí en nosotras, sistematización de la experiencia Casa de Refugio Matilde, Quito, 1997)

Como parte del proyecto “Por una Vida Libre de Violencia en el Sur de Quito” la Fundación Casa de Refugio Matilde junto con Medicus Mundi Mediterrània y el apoyo de la Agencia de Cooperación Catalana elaboró un vídeo explicativo del ciclo de la violencia para ser difundido en talleres, centros de salud y personal de salud en el Sur de Quito.

DESCARGA el vídeo en formato ligero para compartirlo también por whatsapp:

Para ver en Youtube: CICLO DE LA VIOLENCIA

Tetimonio

Testimonio: Inma Buitrago: Cómo vivió violencia desde niña y cómo lo superó

Publicamos el testimonio de la española Inma Buitrago con el objetivo de conocer desde la propia voz de una mujer cómo se vive desde niña la violencia, las huellas que ha dejado y cómo, si se busca ayuda, se puede superar sus efectos. Además su testimonio muestra la importancia de que las mujeres tengan opciones seguras donde recibir ayuda cuando se deciden a salir del ciclo de la violencia. Ella ha escrito su historia en primera persona, quiere que se comparta con su nombre y apellido para que sepan que es un testimonio real que tal vez pueda ayudar “a dar luz a las sombras”.

Testimonio: 

Me llamo Inmaculada Buitrago, tengo 45 años. En la actualidad soy mamá de una niña de 5 años, esposa y me dedico al acompañamiento para una crianza con consciencia y amor incondicional.

Vivo en España, pertenezco a una familia de 5 hermanos (dos varones y dos mujeres), yo soy la pequeña. Mi padre fue albañil y agricultor.

La experiencia de vivir violencia y maltrato en mi familia es una experiencia muy dura. Aún a veces hoy, al recordarla, la vivo con terror, con la misma mirada de aquella niña aterrorizada que fui.

Mis primeros recuerdos son de cuando yo tenía 2 años, y me recuerdo escondida debajo de una mesa, huyendo de los gritos y golpes.

Mi padre, no tenía  adicciones (alcohol, drogas, juego,…)  ni ninguna enfermedad mental. Hoy lo que veo es que simplemente era una persona muy frustrada, que no lograba el“reconocimiento” que él sentía merecer en su vida (más dinero, más tierras,… nosé) y culpaba y pagaba aquella frustración en casa. Con sus gritos, golpes…obtenía el control y poder sobre todos y todas nosotros.

Hasta aquella noche de diciembre en que nos fuimos de casa, por miedo a “no amanecer” lo que sentí siempre fue terror. Al menos así lo recuerdo.

Cualquier gasto económico (libros para la escuela, ropa…) era foco de conflicto. Mi madre compraba a escondidas. Pedía prestado dinero a mi hermano el mayor, y mis hermanas mayores (que llevaban trabajando desde muy jovencitas12-13 años) nos sustentaban económicamente porque mi padre en el último año al menos no nos daba dinero.

No puedo hablar de cómo lo vivía mi madre, ni si había reconciliación ni perdón o promesas de cambio después de los momentos de más alta violencia, yo sólo era una niña y en mi retina sólo están impresos los recuerdos de mayor angustia y miedo como cuando tuve que ir a buscar a mi hermano el mayor para que acudiese porque mi padre tenía agarrada ami madre del cuello (el delito de mi madre fue que estaba planchando camisas para su hijo). También recuerdo cuando siendo yo muy pequeña (2-3-4 años…) mipadre no me dejaba ir a dormir hasta que le diese un beso y si no me golpeaba(yo no le quería besar porque pinchaba su barba). Recuerdo muchísimos episodios en que mi padre pegaba a mis hermanas, ya jóvenes, para que se levantasen y fuesen al campo a trabajar,… recuerdo los golpes con el puño cerrado en la cabeza si no nos portábamos bien en la mesa durante la comida,…. Recuerdo el verano antes de irnos, cuando mi padre se levantó nos quitó los plomos de la luz para que no viésemos la tele porque dábamos ruido y al intervenir mis hermanas él las golpeó con una silla y mi hermano y yo tuvimos que salir a llamar por teléfono a la guardia civil (que vino pero no hizo nada, “eran temas familiares”). Desde aquel día mi madre comenzó a dormir conmigo en mi cama. Dormíamos con las puertas atrancadas con una silla por el miedo que teníamos a que entrase de noche.

Mi madre para “contenernos” como niños en nuestros ruidos o en nuestras peticiones de cosas siempre decía “ya sabes como es tu padre”. Esta frase se la he oído decir un millón de veces. Nunca habló mal de él. Sólo usaba esa frase.

Mis recuerdos están asociados al miedo, al terror. No es así la experiencia de mis hermanos que recuerdan cosas buenas. Quizá en mi caso se unió que la expresión de la violencia era ya muy continuada cuando yo nací y que yo soy PAS (Persona Altamente Sensible), es decir, que soy mucho más sensible a todos lo que ocurre así como que soy capaz de captar cosas imperceptibles para otras personas.

El 7 de Diciembre de 1984,viernes noche, mi padre levantó a mi hermano menor de la cama y ahí comenzó todo, los insultos, las amenazas,… Recuerdo muchas frases textuales de este y de otros conflictos, pero de este en particular las tengo muy claras. La tensión desde el verano se había incrementado y las amenazas eran muy muy creíbles. Así que esa noche, con lo que llevábamos puesto salimos de casa mi madre mis dos hermanas, mi hermano menor y yo camino de la casa de mi hermano mayor. Mi hermano había sido padre hacía unos meses, vivía con su familia en casa de sus suegros. Nos acogieron aquella noche. Aquella noche se puso una denuncia en la Guardia Civil y desde entonces ya no volvimos a convivir nunca más con mi padre.

Estuvimos 9 meses viviendo en casa de mi tía, la hermana de mi madre, que ella y su familia nos acogieron hasta que después de juicios concedieron a mi madre la casa y la custodia de los hijos menores (mi hermano de 15 años y yo de 11 años). Mis dos hermanas vivían en casa pero eran ya mayores de edad, ellas nos sacaron adelante con sus precarios trabajos.

Así es como salimos del ciclo de violencia, pero no del miedo, porque mi padre no dejó durante años de seguir presente. Nos buscaba en la calle, o a la salida del colegio o venía a casa a zarandear la puerta…. El miedo no cesó durante mucho tiempo.

Mi madre estuvo años sin salir de casa, a excepción de ir a la tienda de la esquina o al médico y siempre acompañada. Sólo de mayor, cerca de los 80 he conocido realmente cómo era mi madre. Siempre la víctima, sumisa,…. Cuando dentro de ella había una mujer fuerte, decidida, con carácter,…. Supongo que tantos años de violencia la habían machacado.

Ahora tengo, como decía 45 años,y soy madre. Todo esto me ha afectado y mucho, mucho en mis relaciones y en la relación con mi hija.

Desde muy joven en mi cabeza resonaba una pregunta ¿Cómo me iba a querer alguien si mi padre no me había querido? Mis relaciones siempre fueron con parejas de hombres tiernos, amables,colaboradores,… y en cierto modo, con menos iniciativa que yo. Rehuí  hombres fuertes, muy masculinos o dominantes por miedo a que fuesen violentos. Yo siempre fui la fuerte y la de la iniciativa en la pareja.

Odiaba y renegaba de mi padre hasta el punto que cuando me supe embarazada de mi hija inicié los trámites para cambiar el orden de mis apellidos y así no darle su apellido a mi hija.

Sí, antes me llamaba Inmaculada Navarro Buitrago, y ahora soy Inmaculada Buitrago. De esta forma eludí darle a mi hija el apellido de su abuelo, y lleva el de su abuela, mi madre. Sólo sentía rechazo hacía él, hacia la sangre de él que corría por mis venas.

Cuando nació mi hija mi mundo cambió y cuando ella con 15 meses comenzó con sus NOes y a mostrar su identidad separada ya de la mía, le grité. Su cara de susto fue un duro golpe para mí.Nunca creí que yo fuese quien llevaría los gritos, la violencia, a mi hogar.Esto yo no lo quería para mi hija ni para mí ni mi familia. Me puse en movimiento, a buscar información, formación…. Realicé formación sobre crianza respetuosa pero…. Cuando yo no estaba bien los patrones de los gritos saltaban. Así descubrí el coaching estratégico y… comencé a comprender los patrones emocionales y de comportamiento y …. Puede comenzar a responsabilizarme de mi vida, dejar de contarme historias de por qués y a comenzar a ser la persona que realmente necesitaba para mi vida y la de mi familia. Fue un camino largo, aún sigo en proceso y creo que lo estaré todo la vida,… pero ahora este camino lo transito acompañando a madres a gestionar sus emociones para poder ofrecer lo mejor de ellas a sus hijos e hijas.

En estos 2-3 últimos años,durante este proceso he podido comprender a mi padre, no justificarle, si no comprender que lo que nos hizo no tenía nada que ver con amarnos o no,simplemente tenía que ver con cubrir sus necesidades emocionales de control, importancia, pertenencia…. Que no supo encontrar estrategias constructivas para ello, simplemente cogió el camino que conocía, que había aprendido a su vez de su padre. Esta comprensión me liberó del odio que sentí hacia él durante años.Sentí el perdón en mi corazón. Pude y puedo mirarle con compasión.

El año pasado, tras un evento de formación de alto impacto logré dar otro paso, pedir perdón a mi madre y hermanos por mis comportamientos hacia ellos, por culparles, por reprocharles,…y darles las gracias por haber estado siempre ahí para mí. A mi madre en particular pude darle gracias por darme la vida, siempre le había dicho que yo no le había pedido venir a este mundo… Para mí fue de una gran liberación poder darle las gracias por mi vida, por quererme, porque ahora sí sabía que me había amado, a su manera, aunque no fuese como yo la necesitaba.

Toda esta liberación de cargas emocionales me han permitido dejar de mirar hacia atrás, hacia otro lado y poder mirar totalmente de frente a mi pareja, a mi hija…. Para atenderles en sus necesidades emocionales como ellos necesitan, merecen y yo quiero hacerlo. Por fin soy responsable absoluta de mi vida y ya no hay culpables de nada. Mi historia deja de ser una justificación para ser el motor de aquello que soy y quiero ser.

Por tanto, todo lo que he vivido,es perfecto para mi aprendizaje, para ser más esencia, más amor y menos ego. Lo doy todo por bueno, porque me ha servido para llegar hasta aquí. Para valorar que lo único y realmente importante es el amor.

“Lo importante no es lo que  te pasa, si no lo que haces con lo que te pasa”

Inma Buitrago

Artículos de la nueva ley para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres en Ecuador

Destacamos aquí algunos de los artículos de la Nueva Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la violencia contra las mujeres

Derecho a recibir protección

Derecho a recibir protección y atención integral a través de servicios adecuados de manera inmediata y gratuita para la víctima y sus dependientes con cobertura suficientes, accesible y de calidad.

(artículo 9, numeral 8 de Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la violencia contra las mujeres)

 

Derecho a auxilio inmediato

Las mujeres, niñas, adolescentes, jóvenes, adultas, adultas mayores, en toda su diversidad tienen derecho al auxilio inmediato de la fuerza pública en el momento que las víctimas lo soliciten

(artículo 9, numeral 15 de Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la violencia contra las mujeres)

 

El maltrato psicológico también es violencia

Si alguien te insulta, te descalifica, te menosprecia, te degrada, te controla, te dice “tonta” “estúpida”. La manipulación emocional, el control, el acoso, el envío de mensajes electrónicos dirigidos a perseguir, intimidas, chantajear y vigilarte son violencia psicológica.

(artículo 10, numeral b de Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la violencia contra las mujeres)

 

Violencia física, psicológica, sexual

La violencia se puede expresar durante el ciclo de la violencia con golpes, con manipulación psicológica, con control acoso y también con violencia sexual.

(artículo 10 de la Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la violencia contra las mujeres)

 

La violencia ocurre en la casa, en la escuela, en el trabajo

La violencia contra las mujeres pueden ocurrir en varios lugares como en la casa o ámbito doméstico (por la pareja, hermanos, parientes), en el contexto educativo, en el trabajo, en el ámbito deportivo, en las cárceles, en las instituciones de salud.

(artículo 11, Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la violencia contra las mujeres)

Descargar toda la ley aquí

 

Busca ayuda, sal del ciclo de la violencia

Todas las personas tenemos derecho a vivir una vida libre de violencia, que nuestro cuerpo, nuestra libertad y tranquilidad, así como nuestra vida, sean respetados.

RESPONDE A ESTAS PREGUNTAS:

1. ¿Tu pareja te cela, no te permite salir sola, tener amigos o amigas,o vestir como quieres y tu lo permites para evitar peleas?

2. ¿Tu pareja se enoja, te grita, insulta y descalifica en privado o en público y luego se arrepiente, pero no cambia?

3. ¿Has pensado en separarte, pero tu pareja te amenaza con quitarte a tus hijos dejarte sin dinero o sacarte de la casa si te vas de su lado?

4. ¿Tu pareja te empuja, forcejea, jalonea, o golpea por cualquier pretexto, se arrepiente, te promete que cambiará pero luego de un tiempo vuelve a hacerlo?

5. ¿Tu pareja se irrita fácilmente, te agrede con mayor frecuencia cada vez, incluso te amenaza de muerte y tu no lo dejas por miedo?

6. ¿Tu pareja cree que tienes una relación sentimental con otra persona, y cree que tu cuerpo y tu vida le pertenece solo a él?

Si has respondido SI a una de las preguntas entre la 1 y 3, toma acciones para salir del ciclo de la violencia. Fortalece tus relaciones familiares y de amistad propias, mantente alerta, pide ayuda a un psicólogo o trabajador social o médico de confianza. No te confíes, recuerda que la violencia es progresiva.

Si has respondido SI a una de las preguntas entre la 4 y 6, ¡CUIDADO! está en alto riesgo tu vida y tu integridad. Busca ayuda ya.  Habla con tus familiares, vecinos, amigos. Busca ayuda en la policía, en las unidades judiciales, en la fiscalía. En la Casa Matilde ofrecemos ayuda gratuita en el Centro de Atención Integral. Llama al teléfono 2234734

Fuente: Folleto “Pon atención a las marcas de violencia que pueden ser las últimas”, Onu Mujeres, Acnur, Consejo de la Judicatura.

 

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Explicación del ciclo de la violencia de género

Ciclo de la violencia contra las mujeres

En la Fundación Casa de Refugio Matilde hemos constatado el planteamiento escrito por Lenore E. Walker una psicóloga norteamericana, que en su obra “The Battered Woman” de 1979, escribe sobre el “Ciclo de la Violencia”.  

Puede ver nuestro video explicativo sobre el ciclo de la violencia:  VER VIDEO 

El Ciclo de la Violencia hace referencia al ciclo  o círculo que las víctimas de violencia de género, viven respecto de su maltratador.

Según Walker, este ciclo esta compuesto por 3 fases que ese repiten una y otra vez :

(Tomado del libro Un lugar para pensar en mí, en tí en nosotras, sistematización de la experiencia Casa de Refugio Matilde, Quito, 1997)

  • El primero momento: Hay un crecimiento de la tensión. La pareja puede estar en una argumentación constante que eventualmente lleva a agresiones menores o a encerrarse en un distanciamiento silencioso. Esta etapa puede durar varios días.

La mujer que ha sido agredida está más sensible a percibir esta tensión porque tiene miedo de generar nuevos momentos de violencia. El miedo la puede llevar a aceptar pedidos del marido o pareja, aunque esté en desacuerdo. La tensión va creciendo hacia una explosión.

La víctima, según el comportamiento que la psicóloga observó, trata de calmar al agresor, se niega a sí misma que lo que está ocurriendo es una situación intolerable, busca excusas para justificarle, tiende a echar la culpa a otros factores (“ha tenido un mal día”, “estaba borracho”) y encubre al agresor frente a otras personas.

  • El segundo momento:  Explosión: agresiones, manifestación de la violencia:

Se caracteriza porque el hombre recurre a las golpizas severas, con el puño, con los pies, con objetos o inclusive el uso de armas. Además rompe objetos a su alrededor, amenaza, insulta.

Muchas mujeres escapan del hogar luego de estos episodios, otras pueden responder con el mismo nivel de violencia.

Walker define esta fase como la “descarga incontrolable de las tensiones que se han acumulado en la fase anterior”. Esta vez la falta de control y la destructividad dominan la situación. Se producen las agresiones físicas, psicólogicas y/o sexuales. La víctima primero experimenta una sensación de incredulidad que le lleva a paralizarse y a no actuar hasta pasadas unas 24 horas para denunciar o pedir ayuda. En esta fase es común que la víctima sufra tensión psicológica, insomnio, ansiedad, que permanezca aislada, impotente o que evite contar lo que ha ocurrido.

Esta teoría ha comprobado que los agresores tienen control sobre su comportamiento violento y que lo descargan sobre sus parejas de manera intencionada y selectiva.

  • El tercer momento:  Luna de miel: tranquilidad, amor. En esta etapa hay arrepentimiento, ofrecimientos mutuos de enmienda, regalos.  Hay promesas del hombre que pueden ser sumamente atractivas en este momento. Suele comprometerse a no repetir las agresiones o a asistir a procesos de psicoterapia o grupos de apoyo. 

El ciclo de la violencia permite ver que el tiempo entre un episodio de violencia y otro, es cada vez más corto. Asimismo, que en la medida en que ese tiempo se acorta, las agresiones son más graves y el momento de arrepentimiento y de luna de miel casi desaparecen, al punto que tras un episodio de violencia aparece inmediatamente, la acumulación de tensiones.

“En la experiencia de la Casa de Refugio hemos confirmado este planteamiento del ciclo de la violencia. Hemos constatado que el paso de un momento a otro es casi imperceptible y en medio de mucha confusión en la pareja”

Pero en la Fundación Casa de Refugio Matilde incorporamos una visión adicional para entender el problema de la violencia: nos interesamos en algunas de las contribuciones de la psicología y del psicoanálisis.

Entre los aportes que nos sirvieron para responder a algunas de nuestras interrogantes está la concepción del doctor Adalberto Perrota, psicoanalista que considera a la violencia y a la confusión como “entidades clínicas” no separadas. “Considero – dice- que los estados de violencia y los estados de confusión son mucho más frecuentes de lo que se piensa. Son secuenciales y están interrelacionados entre sí al punto que cuando uno de ellos es manifiesto, el otro está latente y pronto a emerger en cualquier momento”.

Relacionamos esta concepción del estado de confusión con el Ciclo de la Violencia, que también se desarrolla dentro de una dinámica “secuencial e intricada”. La confusión está presente en todo el ciclo de la violencia tanto en hombres como en las mujeres.

Esta teoría ayuda a explicar por qué muchas mujeres deciden no denunciar a sus parejas o por qué tardan tanto en hacerlo.

La Fundación Casa de Refugio Matilde ha desarrollado una metodología especializada para ayudar a las mujeres que deciden salir del ciclo de la violencia o ayudarlas a empezar a salir.

En cualquier caso, hay que tener presente que siempre hay salida, sí existe ayuda.