Retratos Día Mundial del Refugiado

Para conmemorar el Día Mundial del Refugiado (20 de junio) publicamos una serie de retratos y pequeñas historias de mujeres sobrevivientes de violencia de género y refugiadas.

Ellas reciben apoyo integral de la Fundación Casa de Refugio Matilde, Acnur (agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados) y otras organizaciones.

Aquí compartimos las fotografías y las historias que publicamos durante una semana en nuestra página en Facebook.

Somos mucho más de lo que nos ha sucedido.
Somos mujeres que queremos vivir felices, libres y realizar nuestros sueños.

Fotos: Isadora Romero Textos: Lucila Donoso

“Uno de los recuerdos más lindos de cuando era niña es cuando salía sola con mi mamá a los centros comerciales a tomar helados🍦y pizza🍕. También cuando jugaba con mis primos chiquitos en el playstation🎮. Me encantaba mucho jugar con ellos, son los mejores recuerdos de mi infancia”.

Claudia (nombre protegido), 16 años, venezolana.
Refugiada y sobreviviente de violencia de género.

“Me gustaba salir a caminar con mi papá. Me llevaba a muchos lugares. Lo que yo le pedía, me lo daba y todavía mi papá nos quiere dar de todo: leche, ponquey. 🥛🧁 Él quiere que vayamos allá. Todavía me ve como si fuera una niña pequeña”.

Roxana (nombre protegido), 50 años, venezolana.
Sobreviviente de violencia de género y refugiada.

“Mi sueño frustrado es viajar. Pero ya con responsabilidades como que eso queda estancado. Me he considerado nómada, me gustaría viajar a todos lados. Me gustan los lugares con mucha playa, me encantaría ir a Cancún o Curazao y también a lugares con mucha nieve”.

Mariana, 34 años, colombiana.
Sobreviviente de violencia de género y refugiada.

“En el futuro me gustaría ser una mujer súper, súper independiente, tener mi propio almacén, tener una sala de eventos, tener varias propiedades y una agencia de venta de carros”.

Daniela (nombre protegido), 29 años, colombiana.
Sobreviviente de violencia de género y refugiada.

“En el futuro lo que quiero es ir a la playa, aunque no me gusta meterme al mar, pero sí estar por la tarde en la arena y también trabajar en un trabajo honrado”.

Georgina, 42 años, venezolana
Sobreviviente de violencia y refugiada